Si, quizá no de la manera tan eficiente y optimista como en las películas de ciencia ficción, pero la verdad es que constantemente viajamos en el tiempo. Cuando su reloj avanza cinco minutos ha viajado cinco minutos al futuro, y aunque no lo crea, esto no es tan obvio si consideramos dónde está el reloj o a qué velocidad se mueve respecto a otro observador. Hablamos de la dilatación temporal, un hecho enmarcado en la teoría de relatividad general de Einstein.
Muchas personas no lo saben, pero la dilatación temporal es un hecho observable. Para introducir de una manera refrescante qué es imagine una especie de cuarto o cubículo que permite viajar en el tiempo. Usted abre una puerta, entra cierra la puerta y cinco minutos después sale y se da cuenta que ha viajado varios años al futuro. Evidentemente esto es un viaje en el tiempo y físicamente es posible, veamos por qué.

Para construir el cuarto que nos permita viajar en el tiempo no hace falta antimateria ni materia oscura como en la serie Dark, el ingrediente clave es un campo gravitacional intenso, cuanto más intenso, más eficientemente no permitirá viajar al futuro. Es decir, si estamos dentro de las proximidades de una fuente de campo gravitacional el tiempo pasará más lento respecto a alguien que se encuentre alejado. También es posible desafiar localmente el paso del tiempo metiéndonos en un vehículo que nos permita movernos a altas velocidades.

La idea de un viaje de cinco minutos que nos lleve varios años al futuro es en teoría posible, pero para nada factible debido a variadas limitaciones, como la potencia necesaria para lograr grandes velocidades. Sin embargo, la dilatación temporal es un hecho notable, casi como la caída de los objetos. Los satélites GPS hacen uso de la relatividad general para poder brindar la ubicación ya que es necesario considerar la dilatación temporal que sufren al estar alejados de la tierra y moviéndose a velocidades elevadas.

Al pasado no pasa el taxi

Imaginemos que corremos jalando una cuerda que esta detrás de nosotros, si lo hacemos siempre en una misma dirección la cuerda se extenderá cómodamente en línea recta, pero si nos permitimos viajar hacia atrás corremos el riesgo de formar nudos. Lo mismo pasa con el tiempo. Viajar al pasado puede generar enredos que atentan no solo con la física sino directamente con la lógica, el viaje al pasado genera paradojas.
El cometer un error en el ayer te motiva a viajar al pasado para corregirlo, pero al llegar al pasado y evitar esa acción ¿qué te habrá motivado a llegar hasta ahí? Este es un ejemplo, otro podría ser el clásico de la paradoja del abuelo: Imagina que viajas al pasado y de alguna manera evitas que tus abuelos se conozcan y tengan a tus padres, ¿qué pasa? ¿desapareces? Para las películas de Volver al futuro no se quebraron mucho la cabeza, los objetos desaparecían, la tinta de los periódicos cambiaba mágicamente etc.

Ya sea atentando contra las leyes de conservación de la materia o directamente contra la causalidad el viaje al pasado no parece posible. Las paradojas mencionadas son ejemplos que refutan su existencia, sin embargo, la naturaleza no siempre sigue lo que nosotros consideramos intuitivo o lógico. Hay dos conjeturas populares que intentan resolver el viaje al pasado, una de ellas es el llamado principio de autoconsistencia de Nóvikov, en pocas palabras nos dice que cualquier cosa que hagas al llegar al pasado no cambiará el futuro de donde vienes.
De esta manera, si viajas al pasado y manchas la ropa de tu abuelo para que no pueda salir a conocer a tu abuela resulta que tu abuela conoció a tu abuelo con la ropa manchada y nunca te lo dijeron. Aceptar el principio autoconsistente va en contra del libre albedrío, ya que ninguna acción que «decidas» hacer cambiará algo que ya esta determinado a ser acorde con la causalidad. La otra conjetura es la de las lineas temporales, si viajas al pasado reescribes otra historia en otra linea de tiempo. Es decir, la cuerda se deshebra evitando un nudo.

Hay un problema aún, incluso resolviendo las paradojas del viaje al pasado tenemos una prueba contundente de por lo menos, la ausencia de viajeros en el tiempo (hacia el pasado). El día 28 de junio de 2009 a las 12:00 en un salón de la Universidad de Cambridge, el señor Stephen Hawking organizó una exclusiva fiesta para viajeros en el tiempo y nadie fue. Qué poca gracia la nuestra, nos tocó una línea de tiempo donde nadie nos visita del futuro.
Finalmente, resumiendo la respuesta a la pregunta se puede asegurar que es posible viajar en el tiempo, pero solo hacia el futuro. Gracias al observable hecho de la dilatación temporal, ya sea viajando a altas velocidades o acercándonos lo suficiente a un fuerte campo gravitacional, como el de un agujero negro podremos viajar eficazmente hacia el futuro.
Mi saludo cordial. Con respecto a la «dilatación GRAVITACIONAL del tiempo», cuyo soporte teórico se basa en el «principio de equivalencia entre ACELERACIÓN y FUERZA DE GRAVEDAD» postulado por la T.G.R.; y si tenemos en cuenta que la magnitud física «MASA» también es afectada por este Principio (ya que es bien conocido que «la MASA de un cuerpo en movimiento se incrementa en función a su velocidad con respecto a un observador en reposo», por lo tanto, «si un reloj está sometido a un campo gravitacional de magnitud mayor al que afecta a un observador este debe detectar entonces que no solo se ralentiza el ritmo del reloj sino que TAMBIÉN se incrementa la MASA de ese reloj como tal»); entonces pregunto: «por que’ no se encuentra referencia bibliográfica referente a este efecto relativista que parece tan trivial?!»
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