Rosalind Elsie Franklin fue una biofísica y cristalógrafa inglesa autora de importantes contribuciones a la comprensión de las estructuras del ADN, los virus, el carbón y el grafito.
La ciencia y la vida ni pueden ni deben estar separadas. Para mí la ciencia da una explicación parcial de la vida. Tal como es se basa en los hechos, la experiencia y los experimentos…
Estoy de acuerdo en que la fe es fundamental para tener éxito en la vida, pero no acepto tu definición de fe, la creencia de que hay vida tras la muerte.
En mi opinión, lo único que necesita la fe es el convencimiento de que esforzándonos en hacer lo mejor que podemos nos acercaremos al éxito, y que el éxito de nuestros propósitos, la mejora de la humanidad de hoy y del futuro, merece la pena conseguirse.
Franklin representa uno de los múltiples casos de la opresión de la partición de la mujer en el ámbito científico y académico.
Rosalind Elsie Franklin nació el 25 de julio de 1920 en Londres, segunda de cinco hermanos, tres de ellos varones, en una familia judía que llevaba cuatro generaciones dedicada a la banca. Con una formación académica muy diversa, Rosalind, después de pasar una estancia en Francia, con un programa que incluía, además de costura y deporte, aula de debate y, sobre todo, física y química. Vuelve a casa y aprueba el examen de ingreso en el Colegio Newnham, en Cambridge, para estudiar ciencias experimentales y, en concreto, química. Su padre no acepta la decisión de Rosalind y le retira su asignación, pero una tía, hermana de su padre, corre con los gastos y le permite estudiar en el centro elegido. No pasó mucho tiempo sin que el padre aceptara la decisión de su hija y volviera a hacerse cargo de los gastos.

Después trabajó tres años en el Laboratoire de Services Chimiques de L’Etat en París. Ahí estudió la técnica que la acercaría a conocer el “secreto de la vida” (la estructura del ADN), la aplicación de técnicas de difracción de rayos X.
La historia sobre la muy famosa Fotografía 51 se refiere a la prueba clara de la estructura de doble hélice, dicha imagen fue conseguida por el trabajo de Franklin e incluso en sus notas la describió así. Se ha dicho mucho sobre si le faltó determinación, si no tenía toda la información y más. Sin embargo dicha fotografía fue mostrada por su compañero de trabajo Maurice Wilkins a Watson y Crick sin que Franklin lo supiera.
Este hecho es lo que hace compleja la historia, la fotografía tomada a hurtadillas, los otros dos investigadores con poca intención de reconocer que la pieza clave faltante de sus estudios se debía al trabajo arduo y tan valioso, como el de ellos, de Rosalind Franklin. Se le ha reconocido con el tiempo lo importante de la contribución que hizo, sin embargo las altas esferas de la comunidad científica de ese tiempo no la consideró cuando se otorgó el Premio Nobel de Fisiología y Medicina en 1962 a Crick, Watson y Wilkins, además que estos evitaron hablar de Franklin en sus discursos.
Así pues, Rosalind Franklin con o sin el reconocimiento en forma de premios, tiene labrado en oro su nombre en la Biología debido a sus fundamentales contribuciones al respecto. Sus demás trabajos también fueron de vital importancia ya que dedicó sus labor al estudio de virus, en especial su trabajo pionero con el virus del mosaico de tabaco y el poliovirus. Como mencionaba Franklin murió muy joven (37 años) en 1958 en Londres a causa de bronconeumonía, carcinomatosis secundaria y cáncer de ovario, muy probablemente debido al uso de los rayos X con poca protección.
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