A muchas personas les gusta visitar acuarios para observar de cerca la vida marina, incluso hay personas que tienen pequeños acuarios en sus hogares o lugares de trabajo pero, ¿te has preguntado alguna vez acerca de su origen y propósito inicial?
La inventora de los acuarios, fue la bióloga marina y naturalista francesa Jeanne Villepreux-Power (25 septiembre 1794 – 25 enero 1871). Nacida en un pequeño pueblo llamado Juliac en plena Revolución Francesa, hija de un zapatero, durante su niñez aprendió a leer y escribir y posteriormente se mudó a Paris a los 18 años para trabajar como costurera, donde se hizo famosa por confeccionar el vestido de la Princesa Caroline de Sicilia para su boda con Charles-Ferdinand de Bourbon, lo que llamó la atención del comerciante inglés James Power, con quien se casaría en 1818 en Messina, Sicilia en donde vivieron por varios años.
Durante su vida en Sicilia, Jeanne se dedicó a aprender historia natural de forma autodidacta y comenzó a describir y registrar la flora y fauna de la isla. Sin embargo, Jeanne encontró su pasión estudiando la vida marina, por lo que se dedicó específicamente a estudiar al cefalópodo Argonauta argo fascinada por su peculiar concha. Fue tanta su pasión por estudiar a dicho organismo, que inventó el primer acuario de vidrio en 1832, diseñado para interior, con la intención de realizar sus observaciones sobre la especie. Gracias a su invención y sus observaciones Jeanne Villepreux fue la primer persona en descubrir que A. argo fabrica su propia concha, refutando así la creencia de que toma la concha de otro organismo.
Además del acuario de vidrio para interior, Jeanne creó otros dos tipos de acuario que sumergía en el océano: uno también de vidrio pero rodeado de una rejilla para sumergir en aguas poco profundas y otro similar a una jaula, capaz de anclarse a diferentes profundidades debajo del agua. Debido a su utilidad para observar la vida marina, sus acuarios fueron una de sus aportaciones mas importantes para la biología marina, tanto, que los acuarios siguen siendo una herramienta esencial en el estudio de la vida marina hoy en día.
Las aportaciones de Jeanne a la biología marina incluyen también la documentación y descripción del uso de herramientas en el pulpo Octopus vulgaris. En la acuicultura contribuyó en el reabastecimiento de estuarios y ríos al criar peces en jaulas hasta que éstos alcancen un tamaño adecuado para sobrevivir y evitar depredadores para ser reintroducidos en ríos.
Jeanne publicó el libro “Observaciones físicas y experimentos en animales marinos y terrestres” (Observations et expériences physiques sur plusieurs animaux marins et terrestres) en 1839 describiendo su trabajo con A. argo y otros animales. Posteriormente, en 1842 publicó la “Guía de Sicilia” (Guida per la Sicilia), un estudio completo del medio ambiente de la isla de Sicilia, la cual fue su hogar durante muchos años.
En 1943, Jeanne y su esposo dejaron Sicilia para dividir su hogar entre Londres y París, lamentablemente, la mayor parte de sus colecciones, registros y dibujos científicos se perdieron debido a que el barco que los transportaba se hundió durante una tormenta, representando así una pérdida de 25 años de estudios. Posterior a esto, Jeanne siguió escribiendo, sin embargo, dejó de realizar investigación experimental.
Después de su muerte, Jeanne Villepreux-Power y su trabajo fueron olvidados, sin embargo, en 1997 su trabajo fue redescubierto y se ha nombrado a un cráter en Venus en su honor.
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