¿El periodismo científico importa?

Me gusta definir el periodismo como un árbol, una secuoya gigante, para ser más precisa. Una planta que mide entre 60 y 85 metros de largo, con un enorme tronco de corteza fibrosa y fruncida; esta parte la relaciono con el largo camino y la dificultad propios del ejercicio del periodismo en la actualidad, particularmente en México, uno de los lugares más peligrosos para ejercer la libertad de expresión, debido a la corrupción, la inseguridad y la desinformación que nuestra sociedad vive.

Ramas y follaje del periodismo

Las ramas de este gran árbol, las considero como divisiones del periodismo: narrativo, político, cultural, entre otros. Estas ramas son cubiertas por follaje, numerosas hojas, cada una de las cuales es un reportero ejemplar en su área; cada brote, un estudiante con la pasión y la entrega necesarias para dedicarse al arte de la investigación periodística, cuyo fin último no es otro que el informar de manera veraz y pertinente.

Una de esas fuertes ramas es el periodismo científico, no muy reconocido pero tan importante como los demás. Según Lara Kozenieski, en su conferencia O papel do radio na divulgaçao cientifica durante el II Congresso Brasileiro de Jornalismo Cientifico (celebrado en el año 2000): «el periodismo científico es, entonces, el trabajo del periodista de divulgar a través de los medios de comunicación de masas y en lenguaje accesible, informaciones científicas y tecnológicas». 

Bien afirma el periodista científico español Manuel Calvo Hernando: «La ciencia que no se divulgue no es ciencia». Y bueno, ciertamente, como parte y producto de las investigaciones, la ciencia nos permite conocer y explorar nuevos horizontes; al compartir entre colegas estos resultados y procesos, tiene lugar la difusión, que permite corroborarlos y perfeccionarlos. Pero estos productos científico-tecnológicos no sólo conciernen a los investigadores, también es necesario darlos a conocer al gran público.

¿Qué importancia le damos al periodismo científico en México?

Es vergonzosa la forma como se lleva a cabo el periodismo científico en la república mexicana, pues existen varios medios nacionales que no le dedican la seriedad correspondiente. A estas alturas, no se ha reconocido que las fuentes noticiosas de ciencia y tecnología deben ser manejadas por periodistas realmente preparados en dicha área y con una trayectoria, interés o gusto por la misma.

Por otra parte, es frecuente encontrarse con contenidos no corroborados. No se confirman fuentes y, debido a ello, se cae en las fake news (bulos o noticias falsas), se ha llegado incluso al gravísimo punto de promover productos milagro cual si fueran verdadero fruto de investigaciones científicas serias. Esto sólo genera una mayor ignorancia entre el público y le gana merecidas burlas al periodista o al medio responsable.

Se requiere, con urgencia, promover y profesionalizar el periodismo científico. Un ejemplo muy claro de ello es el caso de Diana Quiroz, la joven que era presumida en medios nacionales como «prodigio y candidata al Premio Nobel». Esta falsedad surgió a causa de la tergiversación y exageración de datos, además de la cadena de alianzas pactadas por la familia en aras de obtener publicidad para beneficio propio. 

Medios como Milenio, Sin Embargo, Radio Fórmula y Vanguardia publicaron los «hallazgos» de la joven, desatando así un hilo de desinformación que llevó a diversos medios a tocar el tema como verdad irrefutable. Por su parte, la periodista y comunicóloga Orquídea Fong publicó un excelente reportaje en Etcétera donde denuncia este caso y pone en evidencia la falta de verificación de fuentes de los medios involucrados.

En suma, únicamente si se toma con seriedad y se profesionaliza el periodismo científico podremos evitar que se llegue a estos ridículos niveles desinformación científico-tecnológica. Las fake news como la aquí comentada no sólo ensucian la reputación del periodismo al exhibir cómo diversas instituciones noticiosas confían y fomentan la charlatanería y la pseudociencia, hacen algo mucho más grave: ponen en peligro la salud de las personas que confían en la información publicada por estos medios.

3 comentarios en “¿El periodismo científico importa?

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