La rotación de cultivos consiste en la siembra de diferentes especies con distintas necesidades nutricionales en un mismo lugar de manera alternada o cíclica, a diferencia de los monocultivos, en los que solamente se cultiva una misma especie en una misma área año tras año. La rotación de cultivos es de gran ayuda para prevenir el agotamiento de nutrientes del suelo, prevenir enfermedades, plagas de insectos, malezas y promover la biodiversidad microbiana del suelo. Esto debido a que no todas las especies requieren de los mismos nutrientes y no todas los buscan a la misma profundidad, lo que a su vez, propicia un mejor aprovechamiento del abonado. Todos estos beneficios aumentan la producción de los cultivos en comparación con los monocultivos sin necesidad de utilizar fertilizantes y/o plaguicidas con tanta frecuencia.
¿Cómo planear la rotación de cultivos en mi huerto?
Para la rotación de cultivos es importante delimitar las áreas en las que sembraremos cada especie o tipo de planta. Es recomendable contar con por lo menos cuatro áreas delimitadas en las que sembraremos nuestras plantas. En cada uno de estos espacios se sembrará una especie o un grupo de especies pertenecientes a la misma familia. Para esto es importante tener en cuenta que no todas las plantas se dan en todas las estaciones del año, característica que podemos tomar a nuestro favor al ir rotando los cultivos por temporadas.

Un ejemplo de plantas que podemos sembrar juntas e ir rotando por año o temporada es el siguiente:
- Hortalizas de hoja como lechuga, espinaca, col o papas y tomates pueden sembrarse juntas en un área ya que necesitan un suelo rico en nutrientes como el nitrógeno.
- Leguminosas como frijoles, habas, chícharos, soya y garbanzo, que requieren de bacterias fijadoras de nitrógeno, de igual manera deben ir juntas debido a que a veces es necesario agregar dichas bacterias a partir de formulados.
- Hortalizas de raíz como cebolla, ajo, rábanos, zanahorias, remolachas y nabos son capaces de obtener nitrógeno a una mayor profundidad, por lo que pueden sembrarse en otra área.
- Dejar un área libre en «reposo» en la que dejaremos que crezca hierba espontánea
Podemos numerar o marcar las diferentes áreas delimitadas para que, al finalizar la temporada de cultivo, rotemos nuestros cultivos a la siguiente área, dejando así una nueva área libre cada temporada.

Beneficios de los huertos urbanos
Además de los beneficios que tienen los huertos urbanos para el ambiente y la economía de las familias que cultivan sus propios alimentos, tienen muchos beneficios terapéuticos y sociales. Al tener un huerto familiar al que se le dedica tiempo y energía para verlo crecer, las personas tienden a sentirse bien consigo mismas viendo el fruto de su trabajo. Además, en el caso de familias con niños y jóvenes, éstos adquieren educación ambiental y nutricional, al cultivar alimentos para consumo propio, ellos ven el esfuerzo que se necesita para obtener alimentos, creando así conciencia respecto a los desechos alimentarios.
En adición a esto, muchas personas mantienen sus huertos urbanos a base de reciclaje no sólo en los materiales para delimitar áreas reutilizando botes de plástico, vidrio y/o madera, sino creando su propio abono a base de residuos orgánicos producidos en casa que pueden también provenir del mismo huerto. Además, los huertos urbanos crean un oasis para insectos polinizadores necesarios para el ecosistema en las grandes ciudades, por lo que también es recomendable investigar un poco acerca de la fauna nativa de la región y tratar de incluir algunas especies en nuestro huerto para que sirvan como hogar a los insectos nativos.
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