De fallas y terremotos

El conocimiento de las fallas geológicas resulta indispensable para que la población pueda identificar la problemática que traen consigo a corto, mediano y largo plazo, y así tomar medidas hasta donde se permita para mantenerse cauteloso ante una situación sísmica.

Los sismos son un fenómeno común en México pues el país está ubicado en una zona de “alta sismicidad”, según el Servicio Sismológico Nacional (SSN). Allí interactúan cinco placas tectónicas: la de Norteamérica, la de Cocos, la del Pacífico, la de Rivera y la placa del Caribe.

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Foto: Víctor Espíndola, jefe de analistas del SSN.

Cada placa tectónica se mueve por la tierra de manera “caprichosa”, según explicó a CNN en Español Víctor Espíndola, jefe de analistas del SSN; cuando dos de estas placas se encuentran, liberan una gran cantidad de esfuerzo que deforma la corteza terrestre, algo que solo puede verse con instrumentos apropiados de medición. Cuando ese material ya no aguanta acumular tanta energía, se rompe.

El factor principal son las deformaciones en la litosfera que generan fracturas susceptibles a convertirse en fallas. Este hecho queda bien representado con la falla de San Andrés; un límite de deslizamiento entre la placa Norteamericana y la placa del Pacifico y que ha dado siempre mucho de qué hablar por un probable terremoto de gran magnitud, la verdad es que aún no tenemos la tecnología para decir con exactitud cuándo puede ocurrir un sismo, sin embargo podemos estar prevenidos monitoreando lugares con antecedentes de quiebre de fallas.

Lo que sí se puede hacer es prevenir el potencial daño que pueden provocar los futuros sismos derivados de los movimientos de las fallas, fallas existentes y de las que pueden producir a futuro.

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Foto: Víctor Cruz Atienza, investigador del Instituto de Geofísica de UNAM.

La prevención solo es posible, si antes ya se pudo cuantificar el peligro analizando la vulnerabilidad de la sociedad y el contexto donde se produzca el fenómeno, es decir, identificar el riesgo” sostiene el doctor Víctor Cruz Atienza, investigador del Instituto de Geofísica de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

Las medidas que pueden tomarse para reducir el nivel de daño van desde la mejora de los códigos de construcción, mejoras en la evacuación, brigadas de protección civil y señalizaciones, así como una mejor cultura respecto a estos movimientos geológicos en escuelas de nivel inicial donde se tenga el enfoque de dar información correcta lo que en verdad representa un sismo y porque y cuando ocurre, evitando así la mal información y la generación e noticias falsas que solo aumenta el pánico en la población mal informada.

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