
De Luigi Galvani (1737-1798) podemos aprender tantas cosas… y Galvani nos recompensa con inspiración… inspiración para saber sobre un campo físico que hasta el momento en el que a Galvani se le ocurrió trabajarlo, era muy poco conocido. Galvani era un hombre comprometido con la búsqueda de conocimiento, como muchos otros a los que les hemos dado presentación, como a mi buen amigo John Dalton. Pero Galvani no era un fan de los átomos como Johnny, o un entusiasta del cosmos como lo fueron Nicolás Copérnico, Galileo Galilei o Juan Kepler. Luigi se dedicó a la bioeléctrica.
Se cuenta que, cierto día, Luigi estaba en su trabajo diseccionando una rana y, con un bisturí, tocó un gancho de bronce donde estaba suspendida la rana (la biología, quizá, fue otra inspiración más para su trabajo) y no dio crédito a lo que veía: ¡la pierna de ese finado batracio comenzó a estrujarse! Lo que Galvani había creado era, ni más ni menos, un circuito eléctrico que volvió a «darle vida» a la extremidad del animal muerto.

Afectuosamente llamado Aloysii, Luigi decidió que tal descubrimiento no debía quedarse nada más como una rareza personal y comenzó a darle vuelo a la hilacha recreando su experimento hasta que éste quedó dominado. Ahora, con algo que mostrar para que no lo tacharan como mero científico con delirios de grandeza, Galvani se propuso que, cada vez que terminara una ponencia o tratado científico en alguna demostración o clase, mostraría a sus espectadores y oyentes este ejercicio de ciencia… y no sólo con las ranas, sino con otros animales, lo cual también lo emocionaba.
De cuando Luigi Galvani y Alejandro Volta se encontraron
¿Alguna vez han visto un episodio de la animación flash Super Science Friends? Trata sobre un grupo de científicos famosos de la historia reunidos por Winston Churchill para combatir durante la Segunda Guerra Mundial. En el segundo episodio (el cual puedes ver aquí), se nota una muy marcada rivalidad entre Nikola Tesla y Tomás Alva Edison (que, asombrosamente es histórica). Pues algo así sucedió entre nuestro amigo Luigi y otro de los grandes de la electricidad: Alejandro Volta.

El problema entre ambos radicaba en la interpretación del experimento que describimos líneas atrás: Volta confirmó que efectivamente la electricidad entregada por una máquina eléctrica estimulaba los músculos; pero interpretó de manera distinta el experimento con los electrodos de bronce y hierro, donde no había aparentemente una fuente de electricidad externa al tejido. Galvani atribuyó el origen de la contracción muscular a electricidad venida del tejido mismo.
Desafortunadamente, y como sucedió también en ese episodio de Los Simpson donde Homero quiso emular a Edison y ser un gran inventor (mira esos inventos locos del patriarca de la familia Simpson en este video), Volta fue el quien salió ganando y pues Galvani… realmente nunca se recuperó de este trago amargo.
Luigi nació un 9 de septiembre. Y esta nota va en honor de él, uno de los grandes de la física. Antes de concluir, les dejamos algunas otras cosas que nuestro amigo italiano hizo:
- En 1762, fue nombrado profesor de anatomía en la Universidad de Bolonia.
- Galvani fue anatomista comparativo y saltó a la fama por su investigación sobre el tracto genitourinario de aves.
Un comentario en “Ese tipazo llamado Luigi Galvani”