El Monstruo de Frankenstein es una de las criaturas de horror fantásticas más famosas. Sujeto a varias adaptaciones (ya sea como protagonista o como personaje de reparto), la cosa es que es una amalgama de personas muertas que regresa a la vida mediante el uso de aparatos eléctricos en una terrible tormenta eléctrica.
Lo cual es exactamente de lo que trataba el experimento que Luigi Galvani promovió en la universidad donde trabajaba, por allá del siglo XIX.
Como expliqué anteriormente en un artículo previo que tiene a Galvani como protagonista, al científico se le hizo interesante el ver que las piernas de un batracio que disecó se excitaban mediante el paso de una corriente eléctrica, con lo que demostró de forma accidental que el paso de la electricidad por el cuerpo de un organismo podía «devolverle» el movimiento o la vida a las extremidades del mismo.
De esta manera, el descubrimiento de la galvanización (que en biología se define como la propiedad de excitar, por medio de corrientes eléctricas, los movimientos en los nervios y músculos de animales vivos o muertos), hizo de Galvani un científico de renombre en un lapso de tiempo muy rápido, y llevó su demostración de esta prueba científica a donde le dieron la cabida suficiente para demostrarlo al mundo.

Con la galvanización presentada por el italiano, rápidamente empezaron a buscarse usos mucho más grandes que tan solo ver las piernas de una rana contraerse. Y se especuló que podría traerse de vuelta a los muertos con ello. Aunque no entraba ese pensamiento en el campo sobrenatural de la nigromancia (que es el arte mágico de traer a los muertos a la vida), la sola posibilidad de reanimar un cuerpo recién fallecido fue la inspiración para la obra de Mary Shelley (1797-1851), la cual también es conocida como El Moderno Prometeo (en alusión al titán Prometeo, que siempre vio por la humanidad aún cuando los dioses querían que ésta quedara en la oscuridad en el inicio de los tiempos)
Si Galvani hubiera sabido entonces que los hombres de ciencia estarían fantaseando con hacer todas esas cosas, quizá les hubiera puesto un alto y hubiera guardado por completo la prueba científica que le dio renombre y un espacio en los anales de la ciencia. Pero por fortuna (y aunque para la mala fe de algunas personas) la galvanización es un hecho científico comprobable y utilizable para muchos campos de la ciencia, sobre todo los que trabajan con electricidad. No podemos decir que el buen Luigi creo u monstruo, pero sin duda, salió de el la inspiración para contarnos el relato más espeluznante y triste de toda la literatura gótica en la historia.