Las mujeres en el mundo de las TI, desde la perspectiva de una reclutadora

De 2013 —y menciono este año como punto de partida porque fue cuando noté el auge— a la fecha, han habido varias manifestaciones y marchas en pro de la inclusión de ciertos sectores de la población que han sido rezagados históricamente por nosotros mismos. El concepto inclusión social no existiría si desde tiempo atrás no hubiéramos marginado a todos los sectores de la población que actualmente están peleando por sus derechos civiles, laborales y sociales. Desgraciadamente, queda mucho camino por recorrer; además, falta definir bien los motivos por los cuales se hace, y debe hacer, inclusión social en varios lugares.

En México, siendo más específicos ahora, un problema muy notorio de exclusión social es el de la mujer en las ingenierías. Se cree que simplemente por el hecho de ser mujeres no son aptas para la resolución de problemas lógico-matemáticos. Es por esto que muchas mujeres optan por estudiar carreras de tipo administrativo, o que no impliquen muchas matemáticas, porque creen que, tal como parece creer la mayoría, no son buenas para solucionar problemas «difíciles».

En la industria de la computación el problema es aún más marcado. De 30 alumnos que ingresan a la carrera, 6 son mujeres. Al final, de esas 6 mujeres egresan solamente 1 o 2 mujeres, y muy probablemente ninguna se dedique al área de desarrollo de software porque consideran que es algo «difícil» de aprender y ejercer.

Florencia Sánchez es una reclutadora con años de experiencia dentro del área de tecnologías de la información (TI) que en sus ratos libres se dedica a programar, y da constancia de que son pocas las mujeres ingenieras en sistemas computacionales —o el nombre que le quiera uno poner— que se dedican a programar.

Dejo aquí con ustedes la siguiente entrevista que tuve con ella durante Talent Land, que se celebró del 2 al 6 de abril en Expo Guadalajara (Jalisco).

Como en todas mis entrevistas, conservo fielmente las palabras expresadas por los entrevistados, solamente dándoles forma a sus ideas, sin perder el contexto original.

Disfrútenla.


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Armando (ArCiGo, A): Florencia, platícame un poco de lo que haces en el día a día en tu trabajo como reclutadora, y en qué empresa trabajas.

Florencia (F): Trabajo actualmente en Unosquare, y tengo laborando en la empresa un año y seis meses. Anteriormente estuve trabajando en otra compañía de desarrollo de software, como reclutadora, un año antes de entrar a Unosquare, reclutando perfiles con un bajo nivel.

Y sobre mi día a día, la verdad es muy dinámico, porque siempre piensas que te va a llegar un currículum, después vas a platicar y hacer un montón de cosas; pero, de repente, la posición a la que aplican las personas es muy difícil y hablar con los developers [desarrolladores] implica mucho dinamismo. Esto es algo muy difícil y complicado.

A: Tengo entendido que Unosquare lanzó hace poco una convocatoria de prácticas o pasantía en la que ahora estaban solicitando específicamente mujeres para aplicar a las vacantes que estaban ofertando. Pláticame un poco acerca de esto.

F: Yo soy la encargada del programa de internship dentro de la empresa. Me dedico a revisar todos los perfiles junior [subalterno, con poca experiencia] que quieren entrar con nosotros, aparte de los perfiles senior [superior, con más experiencia], que prácticamente todo el tiempo estamos contratando.

Fue una experiencia supergraciosa, en parte, porque la convocatoria al principio estuvo abierta para todos, pero después la cambiaron para que fueran únicamente mujeres, y juntarlas en tres semanas, y tenían que ser 10 mujeres. Luego, yo me preguntaba «¿De dónde voy a sacar a 10 mujeres?»; porque después les preguntaba a mis compañeros que trabajan de developers «Oye, ¿en tu salón cuántas mujeres había?» y ellos me respondían «¿Qué es una mujer?» [risas]… y otros me decían que habían entrado cinco pero salieron dos de la carrera y ya no las habían vuelto a ver, me decían que estaban en testing [control de calidad, pruebas].

Entonces, todo esto, la verdad, fue supercomplicado. Nos costó mucho trabajo, salió todo muy bien, pero es increíble la minoría de mujeres que existen en IT [TI] en el área de desarrollo.

A: Entiendo, entiendo. Y ahorita que mencionaste que batallaste reclutando a las mujeres para las posiciones que estaban ofertando, ¿podrías decirme cuál fue otro reto que sorteaste al hacer esto?

F: Fíjate que lo más complicado con las mujeres que trabajan en el mundo de las IT es que ellas piensan que no pueden ser buenas devs [developers, desarrolladoras o programadoras]. Entonces, entran muy pocas, y después encuentras todavía menos. ¿Por qué? Hay un estigma muy grande en el desarrollo de software, se cree que el desarrollo es solamente para hombres.

Mi mayor problema, la barrera con la que más me encontré, fue que había muy pocas mujeres involucradas en IT; y, ya platicando con ellas, me decían que no les gustaba, que se les hacía complicado. Después les preguntaba qué era lo que se les hacía complicado y me respondían que el desarrollo.

Pero a mí, en lo personal, [me parece que] es algo muy padre. Yo, por ejemplo, estoy aprendiendo a programar. Y uno de mis estigmas, como mujer, era que solamente los hombres hacían el desarrollo.

Esta fue la barrera más grande que me topé: encontrar perfiles de mujer en el área de desarrollo, porque no las hay. En un salón, el porcentaje es de 1%, 2% o 3%.

A: Fíjate que es curioso, porque cuando la industria de la computación empezó su auge, su apogeo, en los años cincuenta del siglo XX, las mujeres se dedicaban al software y los hombres al hardware. En esta época, como que las mujeres ahora están rezagadas en las dos áreas. Entonces, como que ya las cosas no cuadran, ¿o qué te parece?

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F: Realmente, en esta parte de que hay pocas mujeres, hago mucho hincapié en que se cree que no somos lo suficientemente inteligentes como para desarrollar.

Realmente, uno de los problemas más grandes con los que me he encontrado con mujeres que platico, que de repente digo «Estas internas, ¿por qué les gusta la programación?» y me responden que está bien padre desarrollar aplicaciones, el código, que la fregada, etcétera; y realmente una de las cosas que veo es que el estigma de por qué no hay mujeres desarrollando es porque ellas consideran que no somos lo suficientemente buenas para desarrollar, cuando realmente sí lo somos.

Se dice que la parte más fuerte del hombre es la matemática; y la de la mujer, la creativa. Pero las mujeres estamos tan locas que descubrimos cómo un hombre nos engañó: ves en su perfil de Facebook quién es su mejor amiga, y sabes quién le da más likes a él. Somos muy inteligentes y combinamos muy bien la parte lógica, la parte matemática, pero se ha arrastrado mucho el estigma.

Ejemplificando un poco esto, tomaremos el caso de cualquier doctor. Si tú piensas en una eminencia de doctor, lo primero que se te viene a la mente es un hombre, pero ¿por qué no una doctora? Y si tú dices que es una eminencia en ingeniería, también vas a pensar en un hombre. Eso es lo que ha pasado realmente. Los hombres han ido abarcando mucho y las mujeres muy poco, porque ellas creen que esos trabajos son solamente para hombres y no para mujeres. Es por eso que hay muy pocas mujeres en el área de desarrollo, porque ellas no se creen igual de capaces que los hombres.

A: Bueno, este estigma, viniendo de una cultura machista, como la mexicana, aplicable también a nivel mundial, que se está buscando romper, entiendo lo que mencionas acerca de que las mujeres se sientan rezagadas. Y ahorita que comentaste lo del cerebro creativo y el cerebro inteligente, en la mujer y el hombre respectivamente, yo considero que una mujer es más inteligente o que tiene mejor capacidad de pensamiento que un hombre.

F: Como psicóloga, parte de mi formación académica me ha ayudado mucho con la selección de candidatos y también en la parte del código: yo estoy aprendiendo a programar en Python, un lenguaje muy noble, y se me figura como escribir normal…

A y F: [risas].

F: Creo que una de las cosas que tiene la mujer como problemática más grande es el decir «Esto no es para mí», «Yo no soy lo suficientemente inteligente», «Es mucha matemática», «Es un montón de álgebra, integrales», etcétera. Que te puedo decir que sí ayudan y ahondan a que tú tengas una formación lógica.

A mí me ha ayudado mucho porque yo con mis pacientes, cuando les doy terapia en mi tiempo libre, es pura lógica el saber cómo funciona su cerebro. Yo estudio su cerebro y averiguo de qué manera funciona; y el código puede llegar a ser igual. El código funciona por esto, aquello y lo otro; y la matemática te genera una lógica, la lógica matemática. Y el problema es que no nos gusta porque creemos que es muy complicada (incluyendo a las mujeres).

Te decía que yo antes tenía un estigma grandísimo hacia la programación:«Eso es para hombres», «Eso es para gente superinteligente y yo no lo voy a lograr», así pensaba yo; pero todo mundo puede programar. Hay programación para programadores sin background [antecedentes] en programación. Sé de alguien que no tiene background en programación, y hay mujeres en la misma situación, y todos pueden lograrlo. Pero, como te decía, el problema más grande es «Es que esto es para hombres, porque ellos son los listos, inteligentes, matemáticos, etcétera».

Si tú me preguntas cuánto mide de aquí a allá, yo te diré que mide 30 metros y tú me responderás que son 2 metros; pero es lo que considero la barrera más grande de por qué en este mundo hay machistas. Y, obviamente, en la parte del machismo, como me comentabas, se genera este problema de que «Es mujer y, por ende, va a ser mala», porque esa idea también la traen los hombres, porque consideran que las mujeres van a salir malitas. Pero hay que incluir a las mujeres.

Y parte de mi trabajo, de lo que me costó trabajo, regresando un poco al tema de los interns [prácticas o pasantías] de mujeres, es que yo no quise meter a la menos peor, yo quise meter gente buena. Si no eres buena, me va a costar más trabajo traerte, pero el problema es que también se piensa que ellas van a ser malas. Entonces, el que te digo que vas a ser mala y en lo que uno pelea por no ser mala, el resultado es que ella será mala. Yo así lo considero.

A: Es curioso que, conociendo mujeres en TI, haya quienes, la mayoría, se dedican a trabajar en las áreas «suaves» de la carrera como gestoras de proyectos (project management), facilitadoras (scrum master), desarrolladoras de interfaces para usuario (front-end development) o inclusive aseguramiento de la calidad (quality assuranceQA), sin programar, porque viven estigmatizadas…

F: Fíjate que algo que he notado es que a las mujeres les cuesta mucho trabajo meterse a las partes hondas del código, a entender un algoritmo diferente. Siento yo que las mujeres deberíamos estar en esa parte, porque somos buenísimas para inventar lenguajes o cosas, y en eso consiste el código: en inventar cosas nuevas pero con un lenguaje diferente. Las mujeres tenemos la habilidad de hablar otro idioma más fácilmente que los hombres. Y yo digo: «Si tenemos la habilidad de hablar otro idioma, ¿por qué no podemos hablar el idioma de la programación?». Es lo mismo.

Yo creo que se van a las áreas «suaves», y digo suaves entre comillas porque cuesta su trabajo el ser un project manager o scrum master, porque ahí no necesitan un background en programación, solamente necesitan conocer un poco de esto; pero se van a tener que sumergir en el código si quieren ser buenas project managers, scrum masters, front-end developers, etcétera.

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Imagínate que estás en una daily scrum [reunión diaria del equipo para actualización de avances] y le preguntas al programador cuál fue su blocker [bloqueo o impedimento] y tú le respondes que le vaya bien, pues entonces algo anda mal ahí. Si tú no sabes cómo ayudar a facilitar a tu equipo sus problemas, pues necesitas primero conocer perfectamente todo lo que está involucrado en el proceso de desarrollo de software.

Muchos se van a esta área porque consideran que no requiere un background en desarrollo, pero unas dos o tres materias sobre el tema sí vas a necesitar porque necesitas conocer el producto. Imagínate que yo te vendo una botella con agua, pero no sé qué es el agua. Como vendedora, ya te fallé y yo perdí. Si conociera qué es el agua y todos los procesos que están involucrados para el proceso de «fabricación» del agua, otro cuento sería.

En el caso de QA, hay algunas posiciones que piden que sepas programar, pero en las que no te vas a encontrar a muchas mujeres.

A: Hace rato que mencionaste que programas en Python, me sorprende que como reclutadora estés programando. No conozco ningún reclutador,* en general, que se dedique a programar, y que en el mundo de TI conozca más allá de lo que su formación le da. O sea, que no solamente se dedique a reclutar gente y ver perfiles, sino también meterse a ver qué tecnologías necesitan y conocer la parte teórica y práctica.

F: Creo que uno de los problemas más grandes que encuentro en reclutamiento, específicamente en IT, es que no tenemos el conocimiento de lo que se está haciendo. ¿Qué estoy buscando? Realmente, si yo quiero buscar a un buen creador de coches, tengo que saber cómo se hace un coche, para saber si lo que él me está diciendo es como realmente se hace un coche.

La parte de Python, que es muy noble y es como escribir como normalmente lo harías, sí ayuda para aprender a programar. Pero una de las problemáticas que encontré en ese punto junto con el reclutamiento es que eso te hace que haya una laguna tan grande en la parte de cómo encontrar a un buen programador. Yo conozco un poquito de Python, un poquito de automation [automatización], otro poquito de testing [pruebas], y eso me ayuda tal vez a que al momento de que yo estoy con un candidato, y me dice lo qué ha hecho, yo tenga una mínima idea de lo que él pueda hacer. No se necesita ser el programador más fregón de todos, pero si supiéramos validar, por ejemplo, formularios con contraseñas en base a requerimientos establecidos por uno mismo o terceros, nos podría ayudar una parte del código.

Y, aplicado a reclutamiento, nos pudiera generar una herramienta muy grande para ahorrarnos mucho filtro, porque muchas veces pasamos personas que a lo mejor no cuentan y un feedback [retroalimentación] para ellos es «Ah, sí es cierto, estoy fallando aquí», y tú no le tienes que decir «Tú código está mal en esto» sino un «¿Sabes qué?, te hace falta un poquito más de experiencia en esta parte que sí se requiere en la posición», porque, como reclutadora, sé que en la posición a la que uno está aplicando es muy importante esa parte. Eso es lo que yo considero.

A: Regresando un poquito a lo del tema de las mujeres en TI, ¿qué crees que hace falta, o se necesite, para incluir nuevamente a la mujer en el campo del desarrollo? Porque, como te decía al principio, la mujer hace muchos años estaba involucrada en esa área.

F: Hay una cuestión muy rara en México, un fenómeno superextraño, en el que debe haber 20% de mujeres y 80% de hombres en una empresa, y se están llenando espacios por llenar espacios. Este es otro problema muy grande. No tienes que llenar espacios por llenar espacios. Tienes que crear personas que llenen esos espacios y que los conviertan en espacios bien utilizados.

A: Es como ahorita con el caso de la inclusión social: «Vamos a meter a homosexuales o lo que tú quieras», aunque no sean buenos en el área en la que están…

F: Exacto. Estoy a favor de que se tengan que incluir, pero si tú metes gente nada más por meter, vas a crear gente que nada más va a ir a cubrir un espacio y no te va a dar calidad en el trabajo, que creo que también es otro problema supergrande en esto que viene ahora como «creencia social» o «cultura social de inclusión de la mujer».

Para empezar: nosotras solas empezamos destituyéndonos de lugares importantes porque creímos que esos lugares eran para la chamba de los hombres. Y en la parte de la igualdad de género se pierden ciertas cosas también. Yo, de repente, me vuelvo feminista, pero hay cosas que digo como «A ver, espérate, no. Yo no me voy a poner a cargar 30 bloques, porque puedo hacer algo más». De hecho, la mujer puede aportar más a nivel intelectual que la fuerza. Ahí sí te lo compro. Te compro que la mujer no pueda hacer tanto trabajo físico o forzado, como por ejemplo el estar en una mina, pero la cuestión de cosas tan lógicas, matemáticas y creativas, como lo es el desarrollo de software, o en general la industria de IT, claro que podemos hacerlas.

Hace poco, cuando publiqué que estaba aprendiendo a programar y que me gustaba porque me gusta mucho la inteligencia (de hecho la inteligencia y la programación se me hacen algo increíble, y más aplicado a la inteligencia artificial), me decía uno «Psicología y tecnologías de la información… uhmmm, no creo»; pero yo decía «Claro que sí». El problema es que nosotros mismos limitamos eso, y las mujeres venimos con las banderas de «Ay, sí es cierto. Eso es para hombres» o «Ay, sí es cierto. Es que yo no soy tan inteligente como él»; y nosotras solas vivimos en una victimización de la industria y solitas decimos «No, no puedo, porque eso es para hombres».

Se me hace una buena iniciativa el incluir mujeres, pero se me haría más impactante el que fuera por mérito y no por llenar un espacio.

A: Si las mujeres fueran como tú, aventadas a esto de la programación, otra cosa sería…

F: [risas] A veces, mi novio me dice que soy como un vato, y creo que tiene algo de razón.

A: Florencio, is that you? [¿Florencio, eres tú?]

F: [risas] No, pero a mí realmente no me da miedo adentrarme en esto de la programación, pero hay muchas mujeres que viven con ese miedo. Yo quiero creer que el problema reside en la implantación de una idea y, como ya te implantaron esta idea, ahí te quedas. Eso es victimización. Si la mujer no puede, yo me pregunto «Ah, cabrón, ¿en qué pinche momento no puedo? ¿De qué manera no puedo? ¿Me falta una mano, me falta un pedazo de cerebro?, o sea ¿qué me falta para no hacerlo?».

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El problema es que desde pequeños nos enseñan a que la mujer debe ser psicóloga o ser médica, aunque es difícil ser una buena médica; y también nos dicen que no podemos ser buenas líderes porque metemos mucho la parte emocional y que cuando estamos en nuestros días vamos a querer matar o despedir a todo mundo. De esto último, está comprobado que las hormonas ni siquiera influyen en el pensamiento crítico. A las mujeres nos gusta ser histéricas, y punto.

A y F: [risas].

F: Otro problema que he visto en esto de las mujeres en la IT en el área de desarrollo es que nos hace falta agarrar el brasier y decir «Órale, va. Yo sí puedo, ¿por qué no voy a poder? ¿Por qué voy a ser ama de casa, por qué voy a ser project manager?, ¿por qué no voy a tener un background en desarrollo?, ¿por qué no puedo aprender?». Y te repito esto porque esa era mi barrera: «Quiero aprender a programar y estar dentro del área, ¿por qué no? ¿Porque soy mujer?». Y esta es la idea que te inculcan de pequeño: «¿Cómo que quieres ser ingeniera, hija? ¿De qué vas a vivir? No te darán chance».

Si nosotras empezamos a quitarnos esta idea de victimización, nos vamos a empezar a dar espacios; y no por pelear espacios, sino por la pelea con una misma. Cuando tú dices «Yo quiero ser mejor que todos ellos», no te va a llevar a ningún lado; en cambio, si dices «Yo quiero ser mejor», ahí las cosas cambian. No sé si tú, él o ella, o los demás son mejores que yo, yo quiero ser mejor ahorita de lo que soy ya programando, o quiero ser una mejor ingeniera en lo que sea.

Ha habido mucha presencia de mujeres ahorita en Talent Land y me ha dejado impresionada, y me genera más ganas de querer hacer más de lo que ya tengo planeado hacer en un futuro. Déjame decirte que tengo una idea de querer hacer un proyecto sobre pre-screening [chequeo] para detectar psicopatías y poder intervenir tempranamente a potenciales candidatos a ser bullyies [bravucones, abusones] o criminales en el futuro, y por eso decidí adentrarme en esto de la programación.

Yo le decía a mi novio que no iba a poder, pero cuando hice mi primer «Hello, world», dije «¡No manches! ¿Apoco esto es la programación?». Y fíjate que también las mujeres tenemos una ventaja sobre esto: somos superobservadoras, pero cuando nos conviene. Regresando al ejemolo del novio: Si vas con tu pareja caminando por la calle, automáticamente detectas cuando él vio a otra tipa en la calle. Imagínate si esto lo enfocáramos en una línea de código, en crear algo productivo, en analizar errores en las aplicaciones, en enfocarnos en los más mínimos detalles cuando un sistema se está desarrollando.

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En resumen, tenemos que quitarnos esa barrera de que no vamos a poder, para que los hombres también se den cuenta de nuestra capacidad y potencial, y vean además que también valemos.

A: Así es, así es. ¿Algo más que quisieras agregar para finalizar?

F: Te agradezco mucho el que me hayan invitado para esta entrevista y discúlpame si dije algunas palabras un poco subidas de tono. Así soy y es mi manera de expresarme. Y también todo esto que te dije es en lo que creo, me gusta ser directa con las personas, aunque me pueda costar el trabajo. Y si a nadie le parece, pues a mi sí.

A: Es muy respetable tu opinión, y la de cualquiera. Nos vemos pronto, Flor.

F: Bye, ¡adiós!

 

Acotaciones

* Después de esta entrevista, conocí a otro reclutador durante Talent Land, quien también programa. Él se autodenomina «el reclutador del Diablo», porque conoce muy bien los perfiles de TI y no cualquiera le llega con cuentos durante las entrevistas.

Por cierto, otro reclutador que también le sabe mucho a esto, ya con callo en el área, es Don Chambitas, el de las chambas chidas para la banda.

Mi fe en los reclutadores ha sido restaurada.

 

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