Como informáticos, cuando comenzamos a trabajar, nos empezamos a dar cuenta de muchas cosas que nos hubiera gustado que nos explicaran y dijeran en la carrera. También nos damos cuenta de cómo muchas disciplinas ajenas a la nuestra conviven armoniosamente con el fin de obtener un resultado que beneficie a un determinado sector de la población (o a toda).
En el caso de la computación, la disciplina que estudié, empecé a darme cuenta de que muchas de las aplicaciones que se realizan van enfocadas hacia el área de ventas y administración (ERP, gestión de ventas, puntos de venta, etcétera). Después descubrí que también había aplicaciones para ciencia de datos, minería de datos, diseño digital, entre otras.
No es que no supiera que mi carrera tuviera aplicación en otras áreas, sino que, simplemente, a veces ignoraba algunas de las aplicaciones del desarrollo de software en algunas disciplinas, como la medicina. Quizá me dirán: ¿qué no sabes cómo tu carrera ayuda a la medicina? Sí, lo sé, pero me sigue resultando un poco curioso.
El campo de la medicina fue un caso curioso para mí. Donde laboraba anteriormente había un cliente al cual le desarrollaban módulos web —y, si no me equivoco, también móviles— para almacenar información.
El lunes 3 de abril, durante el Talent Land, me tocó acudir a una pequeña plática que ofreció la farmacéutica Astra Zeneca, reconocida a nivel internacional. Al final de la misma, se me ocurrió preguntar «¿Cómo un desarrollador o probador puede ayudar a una farmacéutica en su trabajo diario?». La respuesta fue muy obvia: analizando datos sobre los productos que se venden (ciencia y minería de datos) y los resultados de los medicamentos administrados en pacientes y animales (creando gráficas, analizadores de toma de decisiones, etcétera).
¡Daaah! Muy cierto. Lo más obvio, y hasta sencillo, aplicado a lo complejo. Aquí es donde recuerdo que alguna vez apoyé a un amigo en un sistema de gestión ginecológico en donde se aplicaba lo más elemental en desarrollo de software, un CRUD, en algo complejo.
Quizá si ampliáramos un poco más nuestros horizontes nos daríamos cuenta de cómo nuestra disciplina de estudio puede ayudar a otra disciplina ajena a la nuestra para lograr un objetivo. Es quitarnos el velo de nuestros ojos para ver el alcance de nuestro talento para beneficio de los demás.
Termino esta entrada con una frase que el presentador nos compartió:
¿Qué clase de superhéroe quieres ser? ¿Cuál te gustaría que fuera tu superpoder? Porque tu superpoder [talento] ayudará a los demás.
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