Composición del suelo y sustratos

Para crecer idóneamente, las plantas necesitan de un medio que les proporcione soporte y nutrientes adecuados, a este medio se le conoce como suelo o sustrato. La diferencia entre ambas es que cuando se habla de suelo, el cultivo es in situ, es decir, en el mismo lugar en el que se planta, mientras que el cultivo en sustrato es en alguna maceta o contenedor

Suelo

El suelo es la capa superficial de la corteza que se forma a partir de las rocas gracias a la interacción de procesos físicos, químicos y biológicos. La textura del suelo establece el tipo de cultivo que se desarrollará en ese lugar.

Textura

La textura se determina por la proporción de arcilla, limo, arena y materia orgánica encontrada en el suelo. La arcilla es la partícula más pequeña, con un diámetro inferior a los 0.002mm. El diámetro de una partícula de limo ronda entre los 0.002 mm y 0.005 mm, mientras el diámetro de las partículas de arena está entre los 0.005 y 2 mm de diámetro. La textura del suelo se divide en gruesa, media y fina.

  • Gruesa: Son los suelos con más de 50 % de arena, pero contienen menos del 20 % de arcilla. Los poros grandes y bajo contenido de arcilla provocan que se pierda más fácilmente agua y nutrientes, lo que ocasiona un desarrollo pobre de los cultivos al no cubrir sus necesidades nutricionales.
  • Media: Con buena aireación y drenaje para el desarrollo de las raíces. Tienen entre 35 a 40 % de arcilla y menos de 50 % de arena. Presentan una alta proporción de poros de tamaño medio a fino. Son suelos con una amplia capacidad productiva y disponibilidad de agua y nutrimentos ya que facilitan la penetración de las raíces.
  • Fina o pesada: Son suelos con más de 40 % de arcilla, aunque también se pueden agrupar aquellos con más de 60 % de limo. Presentan alta capacidad de retención de agua y nutrimentos. Estos suelos normalmente son los de más alta fertilidad natural.

Sustrato

Por otro lado, el sustrato es el medio de crecimiento utilizado para producir plantas en contenedores y macetas. Ambos tienen múltiples funciones, como proporcionar anclaje y soporte para las plantas, retener la humedad, permitir el intercambio de gases entre las raíces y la atmósfera y actuar como depósito de nutrientes para las plantas. Existen diferentes tipos de sustratos acorde a su naturaleza orgánica o inorgánica:

  • Materiales orgánicos
  1. De origen natural (turba o peat moss).
  2. De síntesis (espuma de poliuretano, poliestireno expandido).
  3. Residuos y subproductos de diferentes actividades previamente acondicionados mediante un proceso de compostaje o vermicompostaje.
  • Materiales inorgánicos o minerales
  1. De origen natural, por ejemplo rocas como el tezontle, piedra pómez, arena y grava.
  2. Materiales transformados o tratados industrialmente obtenidos a partir de rocas o minerales que modifican las características de los materiales de partida como la perlita, vermiculita, arcilla expandida y lana de roca.
  3. Residuos y subproductos industriales, como las escorias de horno alto y estériles de carbón.

Propiedades físicas

A diferencia del suelo, podemos elegir el tamaño de la partícula del sustrato que mejor le convenga a nuestro cultivo. Este tamaño de partícula determinará las propiedades físicas del sustrato. Estas aseguran el óptimo crecimiento del cultivo, sobretodo en aquellos de larga duración, por lo que es impotante conocerlas. Entre ellas se encuentran el espacio poroso total, capacidad de aireación y capacidad de retención de agua.

Espacio poroso

Es el total de espacio que no está ocupado por el material solido que conforma el sustrato, pero que está ocupado por agua y aire, denominado también como capacidad de retención de agua y capacidad de aireación, respectivamente. El espacio poroso total debe ser de un volumen mayor a 85 %.

Aireación

Se refiere al volumen de oxígeno que se encuentra disponible en el sustrato después de que este se haya saturado de agua y haya terminado de drenar. La aireación es importante para que la raíz tenga una respiración adecuada

Las plantas tienen diferentes requerimientos o necesidades de aireación, pero el valor óptimo debe estar comprendido entre 20 y 30 %. Esta variable depende del tamaño de partícula utilizada en el medio de crecimiento. Cuando el tamaño de la partícula es mayor, el agua drena más rápido, por lo que esta se retiene menos tiempo y entonces se incrementa el espacio poroso total. La compactación y descomposición del sustrato puede causar una reducción en el espacio poroso y, por lo tanto, en la capacidad de aireación a lo largo del cultivo.

Retencion de humedad

Se refiere a la cantidad de agua retenida por el sustrato después de que fue agregada al contenedor o maceta. Esta variable depende del tamaño de partícula. Una partícula menor a 0.5 mm aumenta la retención de agua, mientras que partículas mayores a 0.5 mm incrementan la porosidad total y disminuyen la retención de agua. Por tanto, el tamaño de partícula se tendrá que modificar o seleccionar adecuamente para obtener propiedades físicas óptimas. Los sustratos más inadecuados son aquellos que se desmoronan fácilmente con la acción del agua.

Mientras mayor sea el volumen de la partícula del sustrato, mayor será el espacio poroso, lo cual implica que el agua se retenga menos tiempo en el cultivo. Este sustrato es ideal para plantas que no requieren de una cantidad grande de agua, mientras que un sustrato con menor tamaño de partícula es ideal para plantas que necesitan mucha humedad.

Propiedades químicas

pH

El pH del medio de cultivo controla las reacciones químicas que determinan si los nutrientes están disponibles para su absorción. El pH depende de la especie a cultivar, pero la mayoría crece mejor en un pH ligeramente ácido (5.5 a 6.8). Si el pH se encuentra por debajo de este rango, pueden presentarse deficiencias de nitrógeno, potasio, calcio y magnesio; mientras que por encima, puede disminuir la solubilidad del hierro, fosforo, manganeso, zinc y cobre. Es importante tener en cuenta este parámetro para considerar los fertilizantes a utilizar.

Nutrientes

Complementar nuestro sustrato con algún abono (compuestos orgánicos) o fertilizante (compuestos artificiales) que brinde los nutrientes requeridos por la planta es esencial. Las plantas necesitan diferentes elementos como nitrógeno, calcio, fierro, fósforo, etc. para desarrollarse correctamente y la proporción de estos elementos varía dependiendo el cultivo, por lo tanto, el abono adecuado dependerá de este factor. En general, al utilizar materiales compostados como sustrato, el nivel de nutrientes asimilables será mayor en comparación a otros, lo cuál podría ahorrarnos la necesidad de administrar un abono adicional.

Conocer los parámetros físicos y químicos presentes en nuestro sustrato nos ayudará a que nuestro cultivo se desarrolle de una manera idónea, además de que nos puede ahorrar dinero al no derperdiciar agua y nutrientes que la planta no aprovechará adecuadamente.

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