El grave problema de la basura espacial

Si hay algo que el ser humano sabe hacer muy bien es contaminar. Los problemas ecológicos más graves del pasado siglo y de lo que va de este, se deben principalmente a la enorme cantidad de contaminación que provocamos de variadas maneras: plásticos, sustancias tóxicas, metales pesados, etcétera.

El hombre llegó a volar alto en el cielo con el aeroplano, pero eso apenas y fue suficiente para querer posicionarse como el amo de una parte del planeta que es tan inmensa como los mares… tal como las aves lo hicieran. Las grandes guerras del siglo pasado fueron también combatidas por los aires, lo cual ejemplificaba el poderío del ser humano como el amo indiscutible del planeta.

Imagen ilustrativa de «La Guerra de los Mundos» de H.G. Wells. Imagen: https://resumiendolo.com/

Tras ello, el hombre puso sus ojos más allá del cielo azul: escritores como Julio Verne, H. G. Wells, o H.P. Lovecraft, nos presentaron retratos de un viaje a la luna, hombres de otros mundo que licuaban personas para su sustento y que cayeron en Inglaterra, o colores que venían del espacio o dioses primigenios exiliados en el espacio alrededor del planeta.

Dichas historias inspiraron a los Estados Unidos y a Rusia a intentar ir hacia las estrellas. Los lanzamientos espaciales llevaron equipo sofisticado a la Luna, otros mundos y a galaxias lejanas. Y eso también llevó a la gente a dejar basura en el espacio.

¿Basura en el espacio?

El satélite ruso conocido como el Sputnik-1. Imagen: https://cosmosmagazine.com/

Aunque parezca difícil comprenderlo porque uno no lo llega a considerar muy a menudo, existe basura espacial en órbita: restos de satélites, cohetes, experimentos y otras cosas han estado rondando al planeta desde que los rusos mandaron al Sputnik-1 (no confundir con la vacuna hecha en Rusia para tratar al COVID-19). La vida útil de los aparatos de medición, cuya mayoría fueron enviados en misiones auspiciadas por la Administración Estadounidense de la Aeronáutica y del Espacio (National Aeronautics and Space Administration, NASA), llega a cumplirse y sólo quedan por ahí. Algunos son recuperados al momento de caer por la atmósfera de la Tierra, mientras que los menos afortunados siguen su viaje a la deriva.

Para Moriba Jah, científico que lidera grandes investigaciones sobre la contaminación espacial por parte de la Universidad de Texas, reflexiona acerca de la presencia de esta basura, la cual no permite a los astrónomos hacer sus labores como centinelas del espacio exterior:

“El problema para la astronomía está en que los científicos intentan observar estrellas y astros que se encuentran muy lejos, por lo que la luz que nos llega de ellos es muy débil. Esa luz debe competir con la que reflejan los satélites en órbita, y los astrónomos van a tener más interferencia de ellos en sus observaciones

Moriba Jah, profesor de ingeniería aeronáutica de la Universidad de Texas

Terrible será el día que el hombre conquiste el espacio… no porque no pueda hacerlo por sí mismo, sino porque si el hombre toma las mismas acciones que están llevando a nuestro planeta a reaccionar como lo hace, el espacio podría cobrarla tal como lo es el tamaño de su vastedad: enorme.

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