
Dentro de la narrativa de Caballeros del Zodíaco, el caballero de plata Sirius, de la constelación del Can Mayor, fue uno de los últimos en aparecer en escena, cuando el caballero dorado de Leo, Aioria, enfrentó al Pegaso Seiya. Quienes son seguidores de esta animación japonesa, fueron testigos de cómo la armadura dorada de Sagitario protegió al Pegaso, incluso permitiéndole usarla y, con su asistencia, el caballero de bronce prevalece sobre el de plata y sus acompañantes.
El Can Mayor es una de 88 constelaciones, la cual se ubica cercana a la constelación de Orión, el cazador, en el cielo nocturno se le puede localizar en el hemisferio norte del planeta. Una constelación conformada por 34 estrellas, para poder encontrarla, deberás trazar una línea recta horizontal a partir del cinturón de Orión. Siempre acompañando al cazador en sus excursiones diurnas para buscar a su presa, este enorme canino buscará satisfacer a su amo al ir como avanzada para capturar a la presa a la que le sigue la pista.
La estrella más brillante del cielo nocturno, Sirius, es la principal de las que la conforman, estando a 8.7 años luz en relación con la Tierra.
El Can Mayor en la mitología

Cuando el cazador Orión vivía fue admirado y amado por la diosa de la luna y la cacería, Artemisa (Diana en Roma). Tanto fue el amor de ella al cazador, quien era un prodigio para esa arte, que estaba decidida a llevarlo consigo al Olimpo como su consorte. Esto llamó la atención del dios del sol Apolo (Febo en Roma), quien estaba en desacuerdo con que su hermana amara a un mortal, quizá como respuesta al trago amargo que fue para él perder a Dafne tiempo atrás, quien se sintió acosada por el dios debido a Eros (Cupido) pues le enseñó una lección por ser presumido con el arco y flechas (Dafne fue transformada en un árbol de laurel).
Apolo retó a su hermana Artemisa a dispararle certeramente a determinado punto en el océano, diciéndole que ella jamás podría hacer un tiro limpio como los que él hacía en el día. Artemisa, deseosa de darle a su hermano una lección, mandó una flecha, la cual dio en el blanco. El problema fue que ese punto en el océano era Orión, quien se había metido a darse un chapuzón en el mar, y para cuando la diosa se dio cuenta, ya era demasiado tarde.
Zeus (Júpiter para los romanos) se apiadó del dolor de su hija y volvió inmortal a Orión, convirtiéndolo en una constelación, pero también se enterneció al ver a los perros del cazador esperarlo con llantos, por lo que los hizo acompañantes de su amo también en el cielo nocturno. Así fue como nacieron el Can Mayor y el Can Menor, acompañantes y guardianes de los firmamentos.
Al final del día…

Como si se tratara de una estrella de cine o teatro, el Can Mayor se ve en el hemisferio norte en las noches claras de noviembre a marzo y en el hemisferio sur de octubre a mayo.
Un cazador sin sus perros, difícilmente logra atrapar a su presa, y eso es algo que sabían los antiguos griegos. Ver a Orión acompañado de sus fieles compañeros no sólo es el tributo que los griegos dieron a uno de los grandes de su mitología, sino que también es uno de los legados científicos más antiguos en el campo de estudio de la astronomía. ¿Nos veremos en el futuro en las estrellas? Sólo es cuestión de tiempo, o de tener dioses que nos tomen en cuenta.