Pide un deseo, si no se cumple no era una estrella fugaz

Cuando llegamos a tener la suerte de ver una estrella fugaz, inmediatamente después del asombro por haber presenciado el suceso, nos llega a la mente que podemos pedir un deseo para que se haga realidad. Pero ¿era realmente una estrella fugaz, cometa o un asteroide con cola? Algunos asteroides pueden parecer cometas, aquí te lo contamos.

Las estrellas fugaces, meteoros propiamente dicho, son cuerpos de dimensiones pequeñas (de 100 micrómetros a 50 metros) que logran entrar a la tierra ionizando el aire a su alrededor, produciendo un destello junto con ellos. Si no se deshicieron completamente en el proceso de entrada a la tierra y logran llegar al suelo, se les nombra entonces meteorito, mientras que antes de entrar a la atmósfera terrestre se le denomina meteoroide.

Cometa 21/Borisov. Imagen: Yale University.

Los cometas, por otro lado, son de dimensiones más grandes y se componen principalmente de hielo, polvo y compuestos orgánicos, además de gases como dióxido de carbono o metano. Éstos no llegan a la Tierra, sino que van orbitando en el sistema solar y cuando se van acercando al Sol los compuestos que forman al cometa empiezan a sublimarse dejando polvo y gas alrededor del núcleo, lo que se conoce como coma, y al deformarse deja un rastro que se denomina «cola».

Los asteroides son restos de roca y metal más grandes que los dos anteriores (de varios metros a cientos de kilómetros). Generalmente orbitan en el cinturón de asteroides entre Marte y Júpiter. Entre estos asteroides hay algunos que eyectan polvo, dando parecido a un cometa, son los nombrados como asteroides activos.

Los cometas del Cinturón Principal o MBC (Main Belt Comets) como también se les ha llamado, tienen una órbita típica de un asteroide, pero muestran también cierta actividad al emitir gases y polvo como un cometa. Hay varios que se comportan así, por ejemplo el 133P /Elst – Pizarro, descubierto en 1996, fue de los primeros en conocerse con este comportamiento, y desde entonces se han estado descubriendo más con actividad similar, cerca de un par de decenas.

Asteroide/cometa 133P /Elst – Pizarro. Imagen: ESO.

Aún se desconoce sobre su origen y la razón por la que toman este comportamiento. Algunas hipótesis sugieren que son cometas que quedaron atrapados dentro del cinturón de asteroides en las etapas tempranas de la formación del Sistema Solar. Otras dicen que son asteroides con compuestos que comienzan a sublimarse por ciertos procesos dejando una cola similar a la de los cometas.

Algunas opiniones apuntan a que, debido a la velocidad de los mismos asteroides, pueden dar paso a la desfragmentación o fractura del asteroide. Aunque también podría ser debido a la desintegración térmica, la dilatación por la temperatura de ciertos materiales del asteroide podrían crear fisuras en él, lo que desprendería polvo y restos rocosos. Sin embargo no se descarta la opción de que pudiera ser agua sublimada de los mismos asteroides.

Otro asteroide de estudios más recientes y más monitoreado es (101955) Bennu, un asteroide de aproximadamente 500 metros de diámetro cercano a la Tierra, estudiado por la sonda OSIRIS-REx. A inicios de este año se registraron emisiones de partículas de diámetros de 1 a 10 centímetros con una velocidad de 0.05 a 3 metros por segundo, con una tasa de pérdida de masa promedio de 10-4 gramos por segundo.

El asteroide Bennu es catalogado como un asteroide activo. Imagen: NASA/Goddard/University of Arizona.

Las partículas de polvo han estado presentes en todo el tiempo que se monitoreaba al asteroide, algunas regresaban y otras lo abandonaban.

En el caso particular de este asteroide se supone que las emisiones de polvo son consecuencia del impacto de micrometeoros con la superficie de Bennu. Otra hipótesis es que el desprendimiento de polvo es debido al cambio de temperaturas de la superficie del asteroide por su velocidad de rotación, lo que genera cambios repentinos de temperatura, causando un estrés térmico en las rocas.

Se planea que la sonda llegue al asteroide en 2020 para recoger muestras del asteroide regresando para el 2023.

Siempre es un placer darse un tiempo para observar el cielo nocturno, una pequeña vista de la inmensidad del espacio, pero es aún más disfrutable cuando lo miramos conociendo algunas de las partes que lo forman.

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