Ya pasada la mitad del año 2019 se puede hablar y mencionar sobre la Deepweb sin que sea algo desconocido para muchos y todo esto debido a la gran popularidad ganada en los últimos años siendo parte crucial de la cultura del internet, bases para el medio del entretenimiento ambientado en el mundo cibernético y con mayor peso los casos delictivos en los que ha resonado la Deepweb.
Bien se sabe a grandes rasgos lo que es la DeepWeb: un gran conjunto de páginas web alojadas en servidores ocultos a los buscadores más comunes, siendo que la razón principal y su naturaleza consiste en proteger a los usuarios con el anonimato mediante protocolos de red que incrementan la dificultad de rastreo y el uso de metadatos como información de un usuario como individuo.
Conociendo una definición a grandes rasgos de lo que es la Deepweb, se entiende que no son direcciónes de páginas web de acceso libre y estos pueden ser servidores de empresas privadas, intranets, centros de estudios, páginas dedicadas a pruebas e incluso bibliotecas virtuales. Los hechos dentro del gran y tan llamativo anonimato que se encuentra por medio del uso de estos protocolos, es que dentro de su uso se albergan muchos sitios donde se realizan operaciones ilegales.

Un caso de estos sitios de operación ilícita es el de la famosa página web titulada «Silk Road» (Ruta de Seda por su traducción del inglés) la cual fue conocida como el Amazon de la Droga. En este sitio se podía vender y comprar todo tipo de narcóticos y a pesar de ello, el sitio tenía sus límites sobre los artículos en venta ya que dentro de sus términos de servicio prohibían la venta de cualquer objeto con propósito de dañar o estafar a otros.
Siguiendo estos términos de servicio, la ruta de seda fue ganando bastante renombre con su forma de operación tan similar a Amazon o eBay y su reputación de vendedores basados en citas reales de clientes satisfechos, añadiendo a su valor la forma de pago: el Bitcoin. Para esos momentos de los años entre 2011 y 2013 esta criptomoneda, con su innovador y muy reciente sistema tecnológico parecía imposible de rastrear, dada la percepción de ser un nuevo tipo de cambio totalmente seguro.
Hoy en día se sabe que esto no es así; no porque las transacciones del Bitcoin sean registradas en un padrón público, las identidades de todos los colaboradores son anónimas. Las fuerzas de la ley pueden hacer uso de sofisticadas técnicas de análisis de red dando apertura al uso de análisis gramáticos de los tokens de identidad generados durante el flujo de las transacciones individuales para rastrear a cada uno de los usuarios de Bitcoin.
Esta visión tergiversada sobre el total anonimato con el uso de la criptomoneda se generó a raíz de su único uso dado como forma de pago dentro de la Ruta de la Seda y su forma de implementación dentro del sitio ya que para cada transacción realizada se tenía automatizado el servicio de «Lavado de Bitcoin» o como fue conocido «El intermediario de pagos»: este proceso básicamente consistía en ocultar el acomodo de compraventa verdadero dentro de varias micro transacciones no relacionadas para evitar la triangulación y el rastreo tanto del usario que envía y el receptor del Bitcoin.
Para el mes de octubre de 2013 el FBI arrestó al creador y director de La Ruta de Seda, cerraron el sitio web que para sus casi 3 años de operación llegó a tener una valoración de más de 600 mil Bitcoins con una relación actual se traduce a más de 6,200 millones de dólares y un registro de 957,079 usuarios dentro de su plataforma.
La baja de este sitio web fue un duro golpe contra la venta y compra de drogas en el mundo cibernético y desde ese momento han surgido varios sitios similares para tratar de llenar el vacío que dejó La Ruta de Seda pero a pesar de esos intentos, ninguno ha mantenido el nivel de confianza de la página original.
A partir del 2018 el FBI creó su propia unidad especializada contra la venta de drogas ilegales por internet y a la cual varias agencias de seguridad gubernamentales le siguieron el paso, haciendo cada vez más difícil y complicando la operación de estos crímenes cibernéticos, adaptándose a las nuevas medidas que se vayan generando y aunque muy ciertamente, La Ruta de la Seda innovo drásticamente con su tecnología utilizada, siempre hay una mejor propósito de uso, como muy bien ejemplificado lo tenemos hoy en día con las transacciones electrónicas bancarias, estas se han alimentado de este sistema con base en tecnología empleada en el Bitcoin para realizar transferencias más seguras y ofrecer una mayor seguridad a su cliente.