Posible remediación para los suelos contaminados por metales pesados

La contaminación de suelos es un gran reto para la producción agrícola, seguridad alimenticia y salud humana, pero la información que se da sobre la escala y gravedad de esta temática es muy poca.

Particularmente hablando, la contaminación por metales pesados ​​en los suelos ha representado un grave problema ambiental en las últimas décadas. Ésta es causada principalmente por actividades antropogénicas como la minería, la fundición, el riego con aguas residuales y el abuso de fertilizantes.

Los metales pesados son perjudiciales debido a su virulencia biológica, su no degradación química o biológica y difícil separación de los suelos. Por lo tanto, es un gran desafío eliminar eficazmente los metales pesados ​​peligrosos de los suelos.

En México, los metales más problemáticos debido a su abundancia en el suelo y toxicidad son: mercurio, arsénico, plomo y cromo. En la República, este tipo de contaminación se debe mayormente a la minería, en gran parte por el mal manejo que se da a los relaves, también llamados “jales mineros”.

Tristemente, a pesar de la magnitud de esta amenaza y las advertencias en consecuencia de acontecimientos en lugares afectados, este tema ha recibido muy poca cobertura por parte de las autoridades.

Foto: Proyecto Puente

Alrededor del mundo se han realizado investigaciones referentes a la búsqueda de una técnica eficiente, amigable con el ambiente y rentable para eliminar los residuos peligrosos del suelo. Por ejemplo, en México investigadores del Instituto Politécnico Nacional (IPN) a través de estudios, contemplaron la posibilidad de tratar esta contaminación por medio de agentes biológicos utilizando un proceso de fitorremediación, encontrando que en el país existe una gran cantidad de especies vegetales con capacidad de absorción de metales pesados y otras con la cualidad de mejorar la capacidad de fitorremediación de algunas especies.

En China, por otra parte, se presentaron este año resultados de una investigación para una posible eliminación de metales pesados del suelo a partir de una combinación de un proceso de biolixiviación (utilizando como biosurfactante una especie de bacteria del género Burkholderia) y floculación (con policloruro de aluminio), donde se determinaron las condiciones óptimas de cada uno que proporcionaran la mayor cantidad de remoción y, por tanto, los mejores resultados. Cabe mencionar que los residuos de biolixiviado producidos cumplieron con los límites establecidos en China, Estados Unidos y Europa.

Para cada caso sería necesario realizar repeticiones de la experimentación y dar seguimiento a los estudios realizados, con el fin de poder aplicar estas técnicas a otras zonas contaminadas por distintos metales pesados. Aun así, es un gran avance que ya exista una posibilidad de reducir esta contaminación que no trae consecuencias sólo para los humanos, sino para la flora y fauna del planeta.

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