II Marcha por la Ciencia en dos de las ciudades mexicanas más importantes

Este sábado 14 de abril se realizó la II Marcha por la Ciencia, manifestación que en 2018 vio a ciudades como Irapuato (Guanajuato), Xalapa (Veracruz) y Morelia (Michoacán) sumarse a la iniciativa internacional cuya finalidad es pugnar por la concreción de un futuro en el que la ciencia sea enteramente acogida así en la vida social como en las políticas públicas. En tanto la Victoria Alada fue el punto de reunión para una multitud de entusiastas, divulgadores e investigadores mexiqueños, en La Minerva se dieron cita apenas tres habitantes del territorio tapatío.

March for Science

El 24 de enero de 2017, en cuestión de horas y gracias a la convergencia en redes sociales, varias conversaciones independientes sobre una marcha de científicos en Washington (Estados Unidos) pasaron de planear «la marcha de los científicos» a la Marcha por la Ciencia, cuya propagación en menos de 24 horas la convirtió en un movimiento global con decenas de miles de seguidores en redes sociales y más de treinta mil voluntarios.

Científicos, estudiantes, divulgadores y demás partidarios se movilizaron en todo el orbe para planificar marchas en sus propias ciudades. Los principios que rigen esta organización son: 1) amplificar el rol de la ciencia en las políticas públicas, 2) empoderar el compromiso público con la ciencia, 3) fomentar una comunidad científica diversa e inclusiva, 4) construir una comunidad global de defensores de la ciencia.

La realidad de la ciencia mexicana

En nuestro país se marchó para «exigir un aumento al presupuesto destinado a la ciencia y la educación y políticas «basadas en la evidencia y que sirvan a todas las personas y comunidades»». Durante las marchas nacionales, se pudieron leer carteles con leyendas como: «Sin ciencia no hay futuro», «Presupuestos de al menos 1% del PIB para ciencia», «Por seguridad laboral y creación de plazas de investigador», «+ ciencia en mi país», «Divulgando ciencia y creando conciencia».

Los constantes recortes, la desconfianza o el desprestigio a causa de la desinformación, la paulatina pérdida de descentralización del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (oficial y extraoficial), así como la insuficiencia de éste para satisfacer la totalidad de necesidades nacionales prioritarias, todo esto forma parte de la realidad que la ciencia y la tecnología hechas en México afrontan.

La Victoria Alada y La Minerva

De manera simultánea, se llevaron a cabo marchas en distintas ciudades de la república, en el portal oficial de March for Science se enlistan las siguientes: Tapachula (Chiapas), Poza Rica y Xalapa (Veracruz), Irapuato (Guanajuato), Querétaro (Querétaro), Puebla (Puebla), Cuernavaca (Morelos), Morelia (Michoacán), Guadalajara (Jalisco) y Ciudad de México.

La Victoria Alada fue el punto de reunión para la multitud mexiqueña, convocada por estudiantes e investigadores de instituciones como la Universidad Nacional Autónoma de México, el Instituto Politécnico Nacional, la Universidad Autónoma Metropolitana y la Asociación Mexicana de Investigadores de los Institutos Nacionales de Salud y Hospitales de Alta Especialidad.

Por su parte, La Minerva vio llegar a tan sólo tres asistentes: ninguna de ellas es científica ni tapatía de nacimiento, pero todas son grandes entusiastas de la ciencia y voluntarias del festival Pint of Science México. Sólo es Ciencia, único medio que atendió al llamado efectuado vía Marcha por la Ciencia Guadalajara, tuvo la oportunidad de charlar con las tres asistentes a la manifestación en la Perla Tapatía.

Las tres asistentes a la II Marcha por la Ciencia en Guadalajara

Entre los comentarios iniciales durante la entrevista surgió la idea de que: «No es que sólo los grandes países desarrollados inviertan en ciencia y tecnología; es que los países que invierten en ciencia y tecnología son grandes y desarrollados». Cuestiones ontológicas aparte (¿qué fue primero: el desarrollo y la grandeza o la inversión en ciencia y tecnología?), reproducimos aquí declaraciones de las tres asistentes.

Ivette Buere, coordinadora de operaciones en una empresa de desarrollo de software y codirectora de Pint of Science México:

«Vinimos a la Marcha por la Ciencia para conocer a más científicos tapatíos y de varias partes del país que estudian o trabajan aquí. Y pues en apoyo a la ciencia, que en nuestro país siempre tiene pocos recursos y cada vez que le quitan más; con la intención de mostrar apoyo y de invitar a la gente a Pint of Science. ¿Mis impresiones? Una decepción muy grande de que fuimos las únicas aquí, nosotras veníamos preparadas con carteles y todo. Pues nada, nos encontramos con absolutamente nada. Y bueno, a pesar de que sí habíamos buscado información en las redes y no encontramos gran cosa de Guadalajara, pues pensamos que sí iba a haber algo. Y pues es muy triste.»

Alejandra Ortega, encargada de mercadotecnia de una empresa de software y administradora de redes sociales de Pint of Science México:

«Vinimos a divulgar ciencia, a ampliar un poco nuestra red de contactos, a conocer a los científicos, a ver instituciones o asociaciones que están a favor de la ciencia. Todo esto, también con el afán de dar a conocer el proyecto. Y, sobre todo, el fin de la marcha: que tenemos que hacer más en el país por divulgar. No había información en redes sociales, pero creímos que sí iba a haber algo, pensamos que nada más era falta de difusión pero que el día del evento íbamos a encontrar gente. Y pues desgraciadamente no hubo personas, no hubo difusión y pues no pusieron de su parte quienes se encargan de hacer ciencia para promoverla; si los que la hacen no la divulgan, pues estamos supermal.»

Nayeli Juárez, ingeniera de software en una empresa de la industria automotriz y voluntaria de Pint of Science México:

«Yo vine a la marcha para conocer a más personas que se dedican a hacer ciencia aquí en México; no soy científica como tal, pero sí es algo que me interesa. Además, yo también estoy colaborando en Pint of Science México y queríamos invitarlos, porque creíamos que iban venir muchas personas que iban a estar muy interesadas en nuestro proyecto. Y pues la sorpresa fue que no había nadie más que nosotras mismas. Entonces, fue decepcionante, porque se siente feo que realmente las personas que se dedican a esto no tengan el interés de venir a divulgarlo; y otras personas, como nosotras, que más bien somos interesadas antes que involucradas directamente, queramos sumarnos a ellos y nos encontremos con que no había nadie, salvo La Minerva, diosa de la sabiduría, sola como todos los días. Qué feo que una ciudad como Guadalajara, una de las más importantes del país, no tenga ese tipo de interés o difusión en el tema».

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