En un mundo hasta entonces reservado para los hombres, Jemison logró hacer historia, no solo como mujer sino también como afroamericana, superando la discriminación y haciendo realidad su sueño de ir al espacio, logrando ser la voz de minorías que pudieron ver en ella la capacidad de cumplir sus metas y animarse a incursionar en el mundo de la ciencia y la ingeniería.
Mae Jemison nació en Decatur, Alabama el 17 de octubre de 1956. La menor de tres hermanos. La familia Jemison se mudó a Chicago cuando Mae sólo tenía tres años, donde un tío la introdujo en el mundo de la ciencia.
A temprana edad Mae desarrolló interés por la antropología, la arqueología y la astronomía una pasión que persiguió durante toda su infancia, se enroló en la Universidad de Stanford a la edad de 16 años graduándose con títulos de ingeniera química y estudios afro-americanos. Recibió un Doctorado en Medicina de la Universidad de Cornell en 1981.
Practicó la medicina como voluntaria en un campamento de refugiados camboyanos y fue un oficial médico del Cuerpo de Paz en Africa Occidental. Trabajaba como médica clínica en Los Angeles, California cuando la NASA la seleccionó a ella junto a otras 14 personas para el entrenamiento como astronauta.
Jemison completó su entrenamiento como especialista de la misión con la NASA en 1988. En setiembre de 1992 y como especialista de la misión abordo del transbordador Endeavour, se convirtió en la primer mujer afro-americana en entrar en el espacio.
Desde entonces, Jameson busca impulsar a los jóvenes a estudiar y dedicarse a las ciencias.
En 1993, la Dra. Jemison renunció a la NASA y fundó la Jemison Group, Inc. Dentro de sus proyectos actuales están varios que se focalizan en el mejoramiento de la salud en Africa y en el avance de las tecnologías en países en desarrollo. Al siguiente año, creó la Fundación Dorothy Jemison (en honor a su madre) que promueve la educación científica.
Su inteligencia y su perseverancia son admirables, y sin duda es increíble cómo logró hacer que su sueño se convierta en realidad. Poco se imaginaba que su logro la haría hacer historia.