La anatomía ha sido uno de los pilares en la enseñanza de la medicina en todo el mundo desde hace varios siglos. Netter, Gray, Latarjet, Moore, Tortora o Rouviére son textos usuales para los estudiantes de medicina. Otro nombre que destacó durante décadas fue Pernkopf con su atlas, un texto cuyas ilustraciones llegaron a ser consideradas verdaderas obras de arte hasta el día en que se descubrió su oscuro pasado. ¿Quiénes eran los rostros y los cuerpos detrás de sus imágenes?
Perknof: El anatomista Nazi
Eduard Pernkopf nació el 24 de noviembre de 1988 en una pequeña villa de Austria. En 1907 ingresó a la escuela médica de Viena y fue parte de la fraternidad de estudiantes nacionalistas alemanes. En 1921 recibió su título médico y sirvió durante un año en la Primera Guerra Mundial al tiempo que se dedicaba a la enseñanza de la anatomía en varias escuelas de Austria.
Para el año 1933, Pernkopf se había transformado en director del Instituto de Anotomía de Viena y se había unido al Partido Nacionalsocialista Obrero Alemán. Cuando Alemania invadió Austria en 1938, Perknopf fue nombrado director de la facultad médica de la universidad y fungió como su rector de 1943 a 1945.

Al iniciar su cargo como director de la facultad, Pernkopf dijo que la idea del nacionalsocialismo debía impregnar la educación y la ciencia y que la libertad en el sentido liberal conducía al caos, un caos que no podía permitirse en la ciencia. Les dijo a los profesores y estudiantes que el único objetivo útil del arte y la ciencia era el servicio a la nación y que el nacionalsocialismo estaba dedicado a la solución práctica de problemas.
Señaló que los temas críticos que la anatomía y la embriología podían abordar eran la constitución y la raza, por lo que de inmediato hizo que el plan de estudios cambiara para incluir fisiología racial, psicología racial y patología racial.
Pernkopf pensaba que el papel de la medicina en el estado era eliminar a los no aptos y defectuosos mediante el control del matrimonio, al prohibir la reproducción por personas que no pertenecían a los estándares de raza y esterilizando a los genéticamente inferiores.
Diseñando el atlas
Pernkopf hizo cumplir la orden nazi de limpiar la Universidad de Viena de judíos y otras personas no deseadas. Todos los profesores estaban obligados a prestar juramento de lealtad a Hitler y en pocas semanas 153 de los 197 miembros de la facultad de medicina fueron despedidos. Durante este periodo, Pernkopf trabajaba hasta 18 horas al día diseccionando cadáveres, mientras que un equipo de artistas, todos ellos del partido nazi, creaban imágenes para su libro.
El atlas en el que trabajó Pernkopf fue elogiado por una revisión del New England. Lo describían como “un libro sobresaliente de gran valor para anatomistas y cirujanos”. La Revista de la Asociación Médica Americana (Journal of the American Medical Association, JAMA) lo consideró “un clásico entre los atlas, con ilustraciones que eran verdaderamente obras de arte”. Se señalaba la gran calidad y detalle de cada una de sus ilustraciones y el gran valor que tenía para mostrar las diferentes estructuras anatómicas de formas poco exploradas antes.

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Las ilustraciones del atlas no mostraban evidencia directa sobre el origen de los sujetos representados en sus páginas, pero pronto algunos detalles en sus ilustraciones comenzaron a levantar las sospechas. La apariencia demacrada y la cabeza toscamente afeitada de un joven en una ilustración de una disección de Lepier hacían pensar que el sujeto había sido probablemente un prisionero de guerra.
Otra ilustración mostraba un cadáver con el pelo muy corto, mientras que los cadáveres utilizados en los libros de anatomía generalmente tenían la cabeza completamente afeitada. Esta clase de detalles llevaron al cuestionamiento de los orígenes y la causa de la muerte de los sujetos.
En 1996, un profesor de la Universidad de Columbia y un profesor de la Universidad de Toronto enviaron una carta al editor de JAMA en el que señalaban la existencia de expresiones de simpatías nazi. Había esvásticas y «SS» en las firmas de los artistas en algunas páginas del libro.

Se sabía que el Instituto de Anatomía de la Universidad de Viena había recibido los cadáveres de los prisioneros ejecutados en el Tribunal de Distrito de Viena y de otros ejecutados en las cámaras de ejecución de la Gestapo en Linz, Munich y Praga.
Por ello, en marzo de 1995, la autoridad del Yad Vashem pidió al rector de la Universidad de Viena y al editor del atlas que hicieran una investigación oficial para determinar quiénes eran los sujetos del atlas de Pernkopf y cómo murieron. Se buscaba establecer una conmemoración pública de las víctimas y continuar publicando el atlas con un reconocimiento que documentara la historia de Pernkopf.
Esclareciendo la verdad
En 1997, el rector de la universidad de Viena señaló que durante la dictadura nazi el departamento de anatomía recibía habitualmente los cadáveres de las personas ejecutadas, entre las que había disidentes de renombre. Señaló que las preparaciones cerebrales derivadas de niños bajo el programa de eutanasia en el Hospital Psiquiátrico Krakenhaus Höhe (Psychiatrisches Krankenhaus Baumgartner Höhe) en Viena todavía estaban almacenadas allí, pero que pronto serían debidamente enterradas.
El rector también comentó que las universidades de Graz y Praga recibieron los cadáveres de los prisioneros internados en el campo de concentración de Mauthausen, pero que el destino de estos cadáveres no estaba claro. La comisión declaró que no había duda de que la escuela vienesa de anatomía utilizó los cuerpos de las víctimas nazis con fines científicos y concluyó que se debía asumir con considerable certeza que Pernkopf había utilizado estos preparativos para ilustrar su atlas.
Se sabía que las víctimas nazis de la eutanasia habían sido explotadas para publicaciones científicas en Viena, pero no fue posible demostrar un vínculo directo con el atlas de Pernkopf. Pese a ello, en el informe final se dijo que la presunción y sospechas de que algunas de las ilustraciones podrían ser de prisioneros de guerra o víctimas judías se basan predominantemente en impresiones para los observadores críticos.
Sin embargo, en estos casos la investigación no pudo probar ni refutar las sospechas. Debido a la práctica sistemática de hacer que los especímenes sean anónimos, resultaba improbable poder llegar a una aclaración final de tales sospechas.
Cuando terminó la Segunda Guerra Mundial, Pernkopf no fue acusado de crímenes de guerra. Se recluyó en un campo de prisioneros aliados cerca de Salzburgo durante 3 años. Al terminar regresó a Viena, donde su Instituto de Anatomía había sido destruido en gran parte por bombardeos.
Pernkopf fue despojado de todos sus títulos, pero se le permitió continuar trabajando en su atlas en el Instituto Neurológico. El anatomista murió repentinamente de un derrame cerebral el 17 de abril de 1955, poco antes de la publicación del último volumen de su atlas.
Aún existen algunas versiones antiguas de este atlas en todo el mundo, así como versiones digitalizadas disponibles en archive.org. No obstante, la controversia persiste. ¿Es ético utilizar este atlas conociéndose su oscuro origen?