¿Cuántas mujeres trans conoces tú en ciencia? Desafortunadamente, por muchas causas no sabemos de ellas y de su trabajo, sin embargo, existe gran cantidad de mujeres trans que se dedican a la ciencia y a la investigación. Hoy te presentamos a una de ellas, la Dra. Dania Gutiérrez Ruíz.

Dania es una investigadora mexicana, doctora en bioingeniería por la Universidad de Illinois y fue la secretaria académica de la Unidad Monterrey del Centro de Investigación y Estudios Avanzados (Cinvestav), del Instituto Politécnico Nacional (IPN) del 2015 al 2020. Además de todo esto es fan del rock alternativo, ama los tatuajes y es Puma de corazón.

Las neurociencias son su especialidad, y gran parte de su trabajo se ha centrado en “escuchar” al cerebro. Nuestras neuronas reciben señales eléctricas de miles de otras células y es con esto que se transmite la información. Estos impulsos nerviosos son los responsables de que quitemos nuestras manos rápidamente si tocamos algo muy caliente o si nos pinchamos con algo filoso. Todo lo que sentimos y hacemos con el cuerpo depende de ellas.

La Dra. Dania y su equipo han trabajado en el procesamiento de estas señales y lo que nos pueden decir sobre la actividad cerebral. Con la tecnología actual, es posible medir la actividad eléctrica cerebral a través de un aparato llamado electroencefalograma (EEG). Una vez capturadas las señales, se pueden analizar detalladamente usando matemáticas e ingeniería: áreas que también son de gran interés para la doctora. Escuchar con atención al cerebro ayudará a descifrar estas señales y relacionarlo con el funcionamiento del mismo.

Una de las líneas de investigación con las cuales trabaja la Dra. Gutiérrez es con la interface cerebro-computadora (ICC). Esta tecnología, que parece salida de una historia de ciencia ficción, sin embargo, se basa en procesar e interpretar la actividad eléctrica del cerebro con una computadora. Al entrelazar la tecnología con los pensamientos, es posible transformar estos últimos en acciones reales que podemos ver en nuestro entorno. Pensar en mover nuestras manos resulta en diversas acciones que van desde un saludo amistoso a una sacudida agitada de ellas.

Esta tecnología tiene un gran potencial, y una de las áreas más beneficiadas sería la medicina. Las ICC representan una alternativa para aquellas personas que poseen pleno uso de su mente pero que por alguna razón no cuentan con la función motriz, y por lo tanto no pueden moverse o sólo pueden hacerlo de forma restringida. Por lo que entender las señales del cerebro nos permitiría usarlas para darle comandos a otros sistemas como una computadora, una silla de ruedas o un brazo robótico y de esta manera devolverles parte de las actividades motrices ausentes a este tipo de personas.

El cerebro es un órgano increíblemente complejo y lograr desentrañar los secretos que oculta entre sus redes no es tarea fácil por lo cual aún hay muchas preguntas sin responder. Afortunadamente, personas como la Dra. Dania están comprometidas en desarrollar investigaciones de la actividad neuronal y sus efectos para poder beneficiarnos de ellas.

Sin embargo, la ciencia, como muchos otros espacios,  sigue siendo un espacio no tan seguro para las personas de la comunidad LGBT+. Muchas de ellas describen su estado en las instituciones a las que pertenecen como “invisible”.

Como mujer trans, la Dra. Gutiérrez sabe la importancia de que personas como ella sean visibles, y es por ello que además de trabajar en el laboratorio dedica parte de su tiempo al activismo. Ha dado pláticas enfocadas al empoderamiento de la comunidad LGBT+, mujeres en la ciencia además de diversidad sexual y de género.

“Yo opto por ser visible, porque siento que esto ayuda a educar a la sociedad respecto de lo que significa la identidad transgénero” Fuente: Cinvestav Monterrey

Dra. Dania Guitérrrez Ruiz

La corriente tradicionalista en México raya en el odio y que eso hace que sea un momento muy difícil para las personas transgénero. La transfobia tiene consecuencias letales, por lo cual luchar activamente contra el discurso de odio hacia esta comunidad es crucial. Se mata no sólo con un arma, si no también se mata al negarles derechos y oportunidades.

El caso de la Dra. Dania es uno de muchos dentro del mundo de la ciencia, pero hay otros que no son tan visibles como el de ella. Luchemos activamente contra los prejuicios, estereotipos y que nos impiden conocer las historias de personas tan maravillosas.

Si les interesa más sobre el trabajo que realiza la Dra. Dania pueden visitar su página además de su blog.