El virus SARS-CoV-2 no solo es la causa de la actual pandemia, además sacó a flote la propensión a la desinformación que llega a través de diferentes redes sociales por medio de las noticias falsas. Es así como los mal llamados “productos milagro” han tomado relevancia entre gran número de personas por su supuesto beneficio en la prevención de diversas enfermedades respiratorias, principalmente a la del COVID-19. Entre estos productos se encuentran algunos sutiles como tés o infusiones de diversas plantas que, si bien no hay evidencia clara de que previenen enfermedades, tampoco perjudican directamente la salud. Esto no es así con otras sustancias, como el dióxido de cloro, sobre la cual hay mucha desinformación, la comunidad científica niega sus efectos positivos sobre la salud y, además, perjudica la salud; es decir, su consumo es contraproducente.

Es notorio que, de entre el cúmulo de información enviada a través de cadenas, poco se comparte sobre el conocimiento aprobado por la comunidad científica y se centra en la propagación de lo falso. En este sentido, poco se difunde sobre la vitamina D y su función en la prevención de diversas enfermedades respiratorias.
La vitamina D es una hormona soluble en grasa la cual se obtiene por sintésis endógena en la piel cuando se expone a la radiación ultravioleta de la luz solar y por la ingesta de alimentos o suplementos que la contienen. Una de sus funciones nutrimentales es el mantenimiento de huesos y dientes sanos, por lo cual, su deficiencia se relaciona con problemas oseos como la osteoporosis y el raquitismo. Sin embargo, también hay evidencia de que esta vitamina modula la respuesta inmune, y su falta se ha relacionado también con el padecimiento de diferentes enfermedades virales.

Entonces, ¿cuál es la relación entre la vitamina D y el coronavirus?
Existe una amplia literatura respecto a los beneficios de esta hormona en la prevención de enfermedades respiratorias como la influenza o la gripe común. Por lo que con la aparición del nuevo coronavirus, diversos grupos comenzaron a plantearse si también tenía la misma funcionalidad ante dicho virus y se han publicado varios artículos científicos al respecto.
Por ejemplo, se ha reportado que la deficiencia de la vitamina D afecta principalmente a personas con exceso de grasa corporal y a personas de edad avanzada, dos grupos de riesgo que comparten incidencia en las muertes por COVID-19. Además, se ha resaltado el aumento de contagios durante el invierno, temporada donde los niveles de vitamina D son más bajos debido a la escasa luz solar.
En otro artículo se ha propuesto el efecto protector de la vitamina en cuestión: de manera general, el virus SARS-Cov-2 tiene proteínas llamadas espiga S (los famosos picos que forman la «corona» del virus) las cuales reconocen a la enzima convertidora de angiotensina-2 (ACE2) como su receptor y logran ingresar a las células causando síndrome de dificultad respiratoria aguda y lesiones pulmonar. La vitamina D también tiene como objetivo a ACE2 por lo que se sugiere que puede aliviar y prevenir lo causado por el virus.

Un estudio que se está llevando a cabo por la doctora Mardia López Alarcón, jefa de la Unidad de Investigación Médica en Nutrición del Hospital de Pediatría del Centro Médico Nacional Siglo XXI, tiene como objetivo aportar evidencia en favor de la función de la vitamina D en la modulación de la respuesta ante el virus SARS-CoV-2.
Sin embargo, aún no hay suficiente evidencia para aseverar que la vitamina D tenga un papel en la prevención de los casos graves de la enfermedad causada por el COVID-19, debido a que gran parte de la información científica bien podría ser mera relación entre la deficiencia de esta vitamina y los casos graves de la enfermedad. Sin embargo, ¿a quien le hace caería mal equilibrar los niveles necesarios de esta vitamina?
Independientemente de si sirve para contrarrestar los efectos agudos de la enfermedad del coronavirus, el mantener niveles adecuados de cualquier vitamina trae consigo beneficios. Ahora falta esperar que los grupos científicos que ya trabajan en el tema den conclusiones.
Es importante hacer mención que el consumir algún suplemento no sea motivo para bajar la guardia respecto a las medidas necesarias para evitar el contagio de la enfermedad (distanciamiento social, uso de cubrebocas, lavado adecuado de manos, ect) ya que esto es infalible en la prevención. Y antes de consumir cualquier suplemento, consultarlo con un nutriólogo o médico para que sea bajo su prescripción.
Un comentario en “¿Qué papel tiene la vitamina D en el contagio de COVID-19?”