Julia Teles es una thereminista experimental de Brasil. El texto que se presenta a continuación es una breve entrevista que pretende denotar el vínculo entre el arte y la tecnología, que se ha hecho inseparable.
Itzel Cortés: ¿Qué es el theremín
Julia Teles: El theremín es uno de los primeros instrumentos electrónicos del mundo y el primero que no se necesita tocar para sonar. Fue creado en 1920 por el inventor ruso Leon Theremin.

Itzel: ¿Cómo funciona?
Julia: Es un circuito electrónico con dos antenas que producen campos electromagnéticos, tiene algunos osciladores de frecuencia y la combinación entre frecuencias fijas y variables genera el sonido. Los campos son activados por el performer. No es necesario tocar el instrumento para hacer sonido, «tocamos» solamente en el aire. La gente puede construirlos con sensores.
Itzel: ¿Por qué puede considerarse un instrumento musical?
Julia: Fue pensado para ser un instrumento musical, es su uso principal. Genera sonidos, que pueden ser manipulados como otros instrumentos, tiene escalas y notas en frecuencias continuas. Aunque empezar a tocar es difícil, pues hay que comprender la relación espacial, técnicas y métodos de theremín.
También puede ser utilizado como sensor de distancia. Yo lo utilizo como un instrumento visual en mi investigación artística.
Itzel: ¿Existen más instrumentos como este?
Julia: Justo después de la creación del theremin, surgió el Ondas Martenot, tienen una sonoridad parecida, es también uno de los primeros instrumentos electrónicos. Estos dieron origen e influenciaron la creación de otros, como los otros sintetizadores.
Itzel: ¿Cómo ha impactado en la música la tecnología?
Julia: ¡Muchísimo! En todos los periodos de la música occidental que podamos pensar, las tecnologías de los instrumentos han impactado en la música creada. Nuevas cosas fueron descubiertas, creadas e incorporadas. Pero especialmente en el siglo XX, la música fue profundamente afectada por la tecnología por el surgimiento de nuevos sonidos (como los electrónicos que mencionamos) pero también por las nuevas tecnologías de grabación, que ha hecho posible registrar, editar sonidos y componer con los sonidos directamente (como en el caso de la música electroacústica).
Itzel: ¿Qué tan necesaria es la tecnología sonora?
Julia: Hoy quien trabaja con música utiliza herramientas digitales, con ellas se amplían las posibilidades. Hay instrumentos virtuales, se puede componer con samples de otras músicas, sonidos, etc.
La tecnología sonora también es necesaria para otros campos artísticos y cotidianos de las personas. Por ejemplo, sin las tecnologías sonoras actuales no sería posible ver películas en streaming, o escuchar podcasts. El sonido se va adaptando a las posibilidades técnicas y culturales de las épocas.
También facilita la difusión de la música alrededor del mundo y la producción independiente, pero es importante aclarar que las plataformas streaming pagan muy poco a los artistas por su trabajo creativo.
Itzel: Cuéntanos de tu proyecto Teia
Julia: Teia es un dúo que tengo con la artista argentina Inés Terra. Tocamos juntas desde hace 3 años aproximadamente, nos gusta explorar las posibilidades de combinación entre las voces corporales y las voces electrónicas del theremín, buscamos ruidos en nuestras sonoridades. Lanzamos nuestro primer disco “Teia” este junio 2020.
El disco ya cuenta con su registro, ya que consideramos importante tener control de quien y como se utiliza la música.
Aquí en Sao Pablo hay varios tipos de música experimental independiente, que principalmente encuentran foro en centros culturales.
Itzel: ¿Cómo puedes vincular el sonido con imágenes?
Julia: Creo que hay muchas maneras y todas son muy personales, cada artista tendrá una manera de hacerlo. A mí, me gusta pensar que la composición (sonora-visual) puede ser una cosa integrada.
Estoy desarrollando una investigación sobre sonidos e imágenes donde lo importante es el todo. No es tan necesario «traducir» los sonidos e imágenes, solamente crear nuevos que vayan juntos. En mi trabajo con el theremin, la idea es que los mismos gestos activen imágenes y sonidos, como si fuera un instrumento audiovisual. Esta investigación es producto de mi posgrado.
Este proyecto visual utiliza el programa Resolume para generar dichas imágenes, lo conozco gracias a que un amigo me lo recomendó. Es decir, en Resolume es posible programar los efectos visuales y controlar el parámetro visual. Otros programas son más difíciles de manejar, como el Maxmsp o Isadora, que tiene una mala conexión para el sonido.
Yo creo partituras y gráficas para hacer tipos de movimiento. Me gusta la improvisación porque me da libertad, el performance no es cerrado, lo que me permite explorar sonoridades, como antes lo mencionaba.
Además del theremín toco piano, el cual utilizo para componer pues realizo música para trabajos audiovisuales.
Me parece que siempre es bueno investigar posibilidades y los trabajos de otras personas. Actualmente, no hay muchos thereministas que utilicen imagen, aunque Lydia Kavina realiza una investigación artística sobre imágenes de filmes.
Itzel: Desde tu perspectiva, ¿podemos seguir considerando como arte las obras que se realizan a través de máquinas?
Julia: Por supuesto, hoy es casi imposible crear trabajos musicales sin máquinas. También existen otras artes que solo son posibles gracias a las máquinas, como el cine.
Las máquinas traen otros lenguajes y posibilidades y el artista tiene que ver cómo utilizarla y a veces subvertirlas en sus usos. Lo bueno de las artes del siglo XX, especialmente de la segunda mitad creo, es que la noción de autoría artística ha cambiado un poco. Se puede hacer arte conceptual, ready mades, arte electrónica, arte digital utilizando computadoras… Solo es una cuestión del artista buscar su manera de expresión.
Itzel: En el sentido contrario, ¿crees que la inteligencia artificial pueda crear arte?
Julia: Sí, aunque habría que definir que es arte primero, algo bastante complicado, pues hay muchas posibilidades. Ahí caemos en el problema ¿qué es? ¿cómo se define? Creo que no voy a intentar responder, porque no sé si sería posible. Pero creo que la inteligencia artificial podrá crear buenas combinaciones de sonido e imagen, una vez que ya puedan analizar lo que nos gusta ver, escuchar, etc., podemos tener experiencias artísticas con estos productos, quizás.
En estos tiempos nos dimos cuenta que tan necesario es el arte, ahora consumimos más entretenimiento, me parece importante mencionar que los artistas independientes necesitan apoyo, ha sido difícil parar.
La tecnología beneficia a estos artistas independientes porque se vuelve más barato tener equipo para grabar, producir, etc. a su vez se vuelve más fácil hacer estas actividades, tanto que lo puede hacer una sola persona.
No obstante, la colaboración de personas con ideas artísticas distintas es más enriquecedor que a crear sola, pues se lleva un cronograma para terminar el proyecto y así es más fácil hacerlo. En cada colaboración se pueden crear muchas posibilidades que no se pensaban, te permite improvisar con otros artistas, descubrir.
Para mi es la mejor forma de tocar en un espacio y momento especifico, pues es algo muy vivo, versátil, por todos los tipos de música distinta.
Itzel: ¿Puedes hacernos alguna recomendación?
Hay un concierto de theremín que se tocó para mandar mensajes interestelares, se llama Teen Age Message.
El theremín se ha utilizado como banda sonora en muchas películas de ficción con temas espaciales, por ejemplo:
– The Day the Earth Stood Still (1951)
– First Man (2008)
– La Niña Santa
Yo misma hice una banda sonora para un cortometraje disponible por Youtube.