La brucelosis, también conocida como fiebre de Malta, es una enfermedad infecciosa causada por bacterias Brucella. Esta enfermedad ataca a varios mamíferos, incluyendo al ser humano. Es muy hablada ya que afecta a especies con alta relevancia económica, como ganado bovino, equino, ovino y porcino.

La brucelosis puede manifestarse con síntomas muy generales y seudogripales como dolor abdominal, escalofríos, fatiga, fiebre, dolor de cabeza, dolor muscular y articular, etc. Por esta misma razón, el diagnóstico puede ser difícil. La enfermedad puede presentarse de diversas maneras, dependiendo del sistema que esté afectando. Si la vía de transmisión es gastroindestinal, se presentarán síntomas gastrointestinales. Si la vía de transmisión es respiratoria, puede presentarse con un cuadro de neumonía. Si es cutánea, puede presentarse celulitis y linfadenopatía.
El periodo de incubación puede extenderse de una a seis semanas e incluso meses.
La transmisión gastrointestinal se da, en muchos casos, por el consumo de alimentos contaminados. En la mayoría de los casos, leche y sus derivados. Ahí es donde entra Alice Catherine Evans.

En 1883 David Burce, un capitán médico, llegó a la isla de Malta, donde los casos de brucelosis se presentaban mucho entre el ejército británico. Consiguió identificar al patógeno que llamó «Micrococcus melitensis«. Paralelamente, el veterinario Bernhard Lauritz Frederik Bang estudiaba una bacteria que bautizó como «bacillus abortus» que había aislado del líquido uterino de una vaca que padecía una enfermedad contagiosa que causaba la pérdida de producción de leche e incluso abortos en el ganado.
Fue Alice Catherine Evans quien relacionó estas dos bacterias y descifró el acertijo.

Alice descubrió que la Bacillus Abortus se encontraba presente, casi siempre, en la leche cruda. Estudió esta bacteria y la comparó con la Micrococcus melitensis de cabras y se dio cuenta de que tenían mucho en común; llegó a la conclusión que la leche cruda podía ser causa de enfermedad en humanos. Así en 1917, presentó sus conclusiones a la sociedad estadounidense de bacteriólogos e incluso la publicó en una revista científica.
Alice detectó que el riesgo de contraer la enfermedad podía eliminarse con la pasteurización de la leche. La pasteurización, en ese momento, se utilizaba en cerveza y vino únicamente. Esto no fue bien recibido por los científicos de la época e incluso ganaderos.
Se propuso un nuevo género, Brucella, para abarcar a las dos antiguas bacterias (Bacillys Abortus y Micrococcus Melitensis). Theobald Smith, médico e investigador, negaba la idea de que la brucelosis afectara a humanos incluso cuando la misma Alice se contagió.
No estaba acostumbrado a considerar la idea científica propuesta por una mujer
Decía Alice sobre él
A finales de 1920 otros investigadores respaldaron la propuesta de Alice y el gobierno aprobó leyes para que la pausterización de la leche fuera obligatoria y se pudiera prevenir la enfermedad.
Tiempo después, en 1928, Alice fue la primera mujer presidenta de la sociedad de bacteriólogos estadounidenses.
Sin duda alguna le debemos a Alice poder tomar un vaso de leche sin … estar cercanos a morir, básicamente. ¿no te parece mucho lo que hay que agradecer?
Un verdadero ejemplo y una pieza clave para la ciencia
– A. Ivana Arbeláez Pantoja