Con la llegada de la navidad, muchos de nosotros nos apresuramos a comprar nuestro pino para llevarlo a casa y adornarlo para las fiestas. Pero, ¿alguna vez te has preguntado por qué los pinos son tan diferentes a otros tipos de árboles?
Los pinos, pertenecen al grupo de las coníferas, que se llaman así debido a que sus semillas se encuentran en estructuras duras y con escamas color café llamadas conos y son conocidas popularmente como piñas. Existen más de 550 especies de coníferas en el mundo y se encuentran distribuidas principalmente en lugares con climas frescos o fríos y son capaces de sobrevivir a temporadas largas de nevadas, aunque también hay especies que habitan zonas semiáridas con climas secos.
Distribución e importancia

Además de ser el árbol navideño por excelencia, las coníferas también brindan productos de importancia en la sociedad como madera, utilizada para construir muebles, pulpa de madera, que se usa para hacer papel y cartón, leña para cocinar alimentos y resina para la fabricación de productos químicos derivados.
En México habitan muchas especies de coníferas principalmente en la Sierra Madre Oriental, Sierra madre Occidental, en el Eje Neovolcánico Transversal y en la Sierra Madre Sur, siendo importantes pulmones del país, produciendo grandes cantidades de oxígeno, además de captar humedad, agua y dióxido de carbono del ambiente. También, se encargan de evitar la erosión del suelo en las montañas y son albergue de muchísimas especies de animales.
Los bosques de coníferas y encinos son considerados unos de los paisajes más bonitos de nuestro país, por lo que son también un punto turístico importante en el país, especialmente para los amantes de la naturaleza.
Características

Las coníferas pertenecen al grupo de las gimnospermas, que son de los grupos más antiguos de plantas conocidas. Se cree que los primeros árboles aparecieron hace 290 millones de años, por lo que son consideradas evocativamente más primitivas que las angiospermas como son los manzanos, el maíz, el café, entre otras.
A diferencia de otros árboles, las coníferas no producen flores, sus estructuras de reproducción son los conos o “piñas», y la polinización de éstas se da generalmente gracias al viento. Posterior a la polinización, las semillas se desarrollan dentro del cono, cuya estructura cumple la función de protegerlas, similar al trabajo de una manzana que protege a las semillas del árbol dentro de ella.

Otra característica peculiar de las coníferas, es que sus hojas son lineares o en forma de aguja, (a diferencia de otros árboles y plantas cuyas hojas tienden a ser planas y extendidas) y se presentan en diferentes arreglos, ya sea simples o en grupos y también pueden ser en forma de escamas muy unidas entre sí. Además, éstas tienen un recubrimiento de cera que las protege de perder agua en ambientes muy secos y del congelamiento en ambientes fríos.
Fuente: Estrada-Castillón, A., Villarreal-Quintanilla, J., Salinas-Rodríguez, M., Cantú-Ayala, C., González-Rodríguez, H., Jiménez Pérez, J. (2014) Coníferas de Nuevo León, México. Universidad Autónoma de Nuevo León
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