Durante años se ha discutido las rutas del aprendizaje, a través de todo este tiempo, se ha concluido que el sueño juega un rol principal, de tal manera, se requiere estudiar los procesos que ocurren durante la noche para que olvidemos o recordemos ciertos sucesos, aprendizajes o conocimientos que adquirimos durante la vigilia.
En la rata blanca, dos tipos de ondas cerebrales se enfrascan en una batalla para que la nueva información se adquiera, o se olvide. La investigación Competing Roles of Slow Oscillations and Delta Waves in Memory Consolidation versus Forgetting- CELL, realizada por el neurólogo Karunesh Ganguly de la Universidad de San Francisco, que había enseñado a las ratas a controlar un dispensador mecánico de agua con nada más sino su actividad neuronal, el equipo de investigación pronto se dio cuenta que el éxito que tenían las ratas con estas interfaces de control cerebro-computadora, dependía fuertemente de aquello que venía después del entrenamiento: el sueño.

Para estudiar cómo el nuevo aprendizaje era reforzado durante la siesta, Ganguly y su equipo monitorearon los cerebros de las ratas después de haber practicado el control del dispensador, durante sueño no REM. Esta etapa del sueño usualmente ocupa más de la mitad de la noche de un humano adulto.
Dos clases de ondas cerebrales captaron el interés del equipo. Las primeras, llamadas oscilaciones lentas, eran ya conocidas por ayudar a reforzar las memorias, y ello fue lo que los investigadores confirmaron. Cuando se les privó a las ratas de este tipo de ondas a través de modificación genética, tan solo unos milisegundos después de que éstas iniciaran, a las ratas les tomó mucho más tiempo mover su dispensador después de despertar.
El segundo tipo, llamadas ondas delta, fueron 75% más prevalentes que las primeras. Su rol se catalogó como un misterio, sin embargo eran tan relevantes, que el equipo se interesó por ellas. Al detener las ondas delta, se tuvo el efecto contrario a las ondas lentas, las ratas realizaron mejor su tarea al despertar. Esto indicó al equipo que las ondas delta actúan en la velocidad en que se olvida.
We thought that delta waves must be doing something important, because they’re so prevalent.
Karunesh Ganguly
A pesar de ello, sigue siendo un misterio cómo decide el cerebro qué recuerdos debe olvidar, y qué recuerdos debería mantener. La presencia de una recompensa, tanto externa como el agua para una rata, o interna como el sentimiento positivo ante una conversación placentera, podría serla clave arguyó Ganguly. Este resultado podría ser una clave para tratar a personas con problemas de aprendizaje, que podrían tener una presencia anormal de ondas delta u ondas lentas en el cerebro.