México, al igual que otros países del mundo, está pasando por sus peores años en cuanto a crimen y violencia se refiere. Dichos actos van causando la desestabilización de la nación, aunado a daños irreversibles de personas y territorios.
A grandes rasgos, el crimen organizado es el conjunto de actividades ilícitas hechas por varias personas coordinadas para cumplir ciertos objetivos. Por otra parte, la tecnología se niega a detener su crecimiento y progresa de manera veloz.
Smartphone, cámaras de vigilancia, computadoras, radios, entre otros, son artefactos utilizados por el crimen organizado para realizar diversas acciones a su beneficio que a la vez perjudican a civiles o instituciones.
Pero ¿de qué manera lo hacen? Ellos, los criminales, también van desarrollando su creatividad para crear o mejorar sus métodos de ataque. Generalmente, los radios y Smartphone son usados para estar en contacto todo el tiempo y comunicarse cualquier anomalía vista en la zona. Así como la captura de fotografías, video o audio que sirva de evidencia ante sus superiores.
Las cámaras de vigilancia, «de manera extraña y sin que las autoridades lo noten», son puestas alrededor de «casas de seguridad» y hasta en los postes de la región donde se sitúan dichas las células delictivas. La «huida y atracos en el momento exacto» son la consecuencia de estas tecnologías; cámaras y Smartphone.
Los equipos de cómputo son un arma mortal en las manos incorrectas. Según el conocimiento y capacidad de quién los use, será el daño a causar; desde un trolear hasta hacer robos monetarios. «Bandidos Revolution Team» es un claro ejemplo de organización delictiva y las sorprendentes acciones a realizar en una computadora, siempre y cuando la(s) persona cuente con el conocimiento necesario.
Por otra parte, se tienen los engaños a través de redes sociales para atraer a las personas y posteriormente obligarlas a laborar en algo que no es de su interés, el uso de laser incrustado en sus armas para acertar al momento de detonarlas, drones para vigilar propiedades, vehículos inteligentes para transportar diferentes contenidos o ayudar a escapar de situaciones complejas, entre otros.
Queda clara la mala elección de cómo usar la tecnología cuando se pueden hacer grandes proyectos con demasiada aportación positiva y legal.
El contenido expuesto aborda, digeriblemente, el cómo, los criminales, se sirven de las tecnologías para llevar a cabo sus delitos. Sin embargo, es sólo la punta de un iceberg oscuro que encierra un sinfín de secretos.
“Los avances tecnológicos son fantásticos, las personas que hacen mal uso de ellos no”.