En aras de la ciencia y la información veraz, aclaremos que no existe un «Nobel de matemáticas» como tal, pero el Premio Abel de Matemáticas es el equivalente en prestigio y ciertamente un hito en la carrera de quien lo recibe (no importa cuando llegue), siendo Karen Keskulla Uhlenbeck la galardonada.
Ahora hablemos de la mujer por quien ha llegado esta noticia. La catedrática nació el 24 de agosto de 1942 en Ohio, año en que se lanzó el primer misil propulsado por un cohete «arma de la venganza» utilizado por la Alemania nazi.
En una época donde el mundo aún se encontraba congestionado por la SGM y que posteriormente cambió su faz debido a la guerra fría, Karen Uhlenbeck se crió con un padre ingeniero y una madre artista.
A los 12 años comenzó a leer sobre astrofísica con los libros de Fred Hoyle, su motivación inicial para a elegir Física como su primera licenciatura para luego irse a las matemáticas, porque entre otras cosas, le atraía la idea de trabajar sin necesidad de un equipo.
Los primeros acercamientos de Karen Uhlenbeck fueron con la teoría de Teichmüeller, ha trabajado con el cálculo de variaciones y las derivadas parciales no lineales en varios problemas geométricos y físicos — formuladas para describir fenómenos como el electromagnetismo.
Sin embargo, La Academia de las Ciencias y Letra de Noruega le eligió debido a su trabajo sobre «superficies mínimas«, como las burbujas de jabón, tema que inició con Lagrange en 1762.

¿Qué aportan a la ciencia las burbujas de jabón?
Esta estructura genera interés porque puede tornar la capa más exterior del jabón en la forma de la menor superficie: una esfera perfecta.
Sí, eso que has visto cuando una burbuja se forma justo encima de otra (apoyándose en una superficie mínima) puede ser observado con los ojos de las matemáticas. Definir este fenómeno permite un mejor entendimiento de cómo funcionan a su vez algunos fenómenos físicos, por ejemplo, los campos de electricidad.
En 1964 cuando Uhlenbeck se licenció en Matemáticas, Jerrie Mock se convirtió en la primera mujer en dar la vuelta al mundo por el aire. Así, en medio de revoluciones por la libertad e igualdad de derechos, inició la carrera de una mujer quien es reconocida por su visión para entender el todo, partiendo de las cosas más pequeñas.
El trabajo de Uhlenbeck, no sólo impacta en la relatividad y la construcción a nivel micro o en lo macro, ella marca una pauta a seguir por los jóvenes investigadores y por las mujeres que aún se mueven en un mundo donde se dice que «los números no son para las niñas».