
¡Ahhh, los neutrinos! Comencemos por lo básico, por la definición. La enciclopedia nos dice que el neutrino es una partícula emitida en la desintegración beta, en la que un protón reacciona con un antineutrino y se convierte así en un neutrón y un positrón; o bien, un protón interacciona con un electrón para producir un neutrón y un neutrino.

Por otro lado, esto que vemos a la derecha es Jalisco, estado mexicano lleno de tradición, música, deliciosas comidas, municipios con ciudades bellas e increíbles… cuna de famosos equipos deportivos como las Chivas del Guadalajara; y de personajes importantes como Valentin Gómez Farías, quien fuera presidente de México en el siglo XIX; o José Clemente Orozco, uno de los más grandes muralistas del siglo XX, quien hizo importantes obras como el Prometeo que se encuentra en la localidad de Pomona (California, Estados Unidos), o los que se encuentran en el Antiguo Colegio de San Ildefonso, en Ciudad de México, y ni hablar de los numerosos frescos que pintó en su natal Jalisco.

Pero aquí el importante es el hombre que ven en la imagen de la izquierda (el de anteojos y camisa azul): Juan Carlos Díaz Vélez. Este hombre de ciencia hizo una colaboración con otros eminentes astrofísicos como parte de una investigación que detecta la fuente de emisión de neutrinos provenientes de objetos celestes.
En el margen de dicha investigación, los estudios que se hacen con los neutrinos podrían proporcionar las pautas para garantizar más y mejores mapas espaciales, con los cuales estudiar y navegar por el inmenso cosmos sería muchísimo más fácil.
¿En qué consiste el estudio en el que colaboró el doctor Díaz Vélez?

El 22 de septiembre de 2017, los científicos que recabaron datos del detector IceCube, hallaron que éste emitió un mensaje que alertaba sobre la caída de una astropartícula en la Tierra. Menos de un minuto después, los observatorios eran notificados para buscar la dirección de la que provenía el neutrino, que resultó ser un objeto celeste cercano al Brazo de Orión, a cuatro mil millones de años luz de nuestro planeta.
El origen de esta partícula fue el blazar TXS 0506+056, una galaxia con un agujero negro que constantemente emite un flujo de rayos cósmicos, rayos gamma y neutrinos. Anteriormente, ya se había detectado este tipo de astropartículas, pero habían sido provenientes de nuestro Sol; esta vez se observó la posición de otro cuerpo celeste gracias a neutrinos más potentes.

Los neutrinos también se encuentran dentro de los rayos cósmicos. Un rayo cósmico, de acuerdo con información proporcionada por el Observatorio Pierre Auger, consiste de partículas que llegan desde el espacio y bombardean constantemente a la Tierra desde todas las direcciones. La mayoría de estas partículas son núcleos de átomos o electrones. Algunas de ellas son más energéticas que cualquier otra partícula observada en la naturaleza. Los rayos cósmicos ultraenergéticos viajan a una velocidad cercana a la de la luz y tienen cientos de millones de veces más energía que las partículas producidas por cualquier acelerador en el mundo.
El estudio de éstos puede hacerse al ser detectados indirectamente en la superficie de la Tierra, observando cascadas de partículas que se producen en el aire. Una cascada ocurre cuando una partícula de alta velocidad choca con una molécula de aire. Fragmentos de esta colisión, a su vez, chocan con otras moléculas de aire, en una lluvia que continúa hasta que la energía de la partícula original se encuentra distribuida entre millones de partículas y cae sobre la Tierra.
Gracias a todos estos datos, la investigación del doctor Díaz Vélez y sus colegas se considera uno de los más recientes hallazgos en el estudio de la ciencia de la astrofísica, con grades posibilidades de uso para llevar esta ciencia a alturas insospechadas. Sin duda, el que hecho de que un hombre de ciencia originario de Jalisco llegue a figurar en un estudio como éste, pone en alto la ciencia mexicana. ¡Enhorabuena por este jalisciense destacado! Y que siga participando en más investigaciones como ésta. «¡Ay, Jalisco, no te rajes!», cantaría Jorge Negrete.