Diabetes, párkinson y el «mexicano 2.0»

La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos señala que México ha sido proclamado por su «enfoque ambicioso e integral para abordar la diabetes, hipertensión y otras enfermedades crónicas a través de programas de salud pública y de política pública», pero que «la prevención secundaria [detección temprana y tratamiento adecuado] no se provee bien». ¿Y si en lugar de pretender cambiar los hábitos y entornos nos enfocamos en el desarrollo de tratamientos personalizados y tecnologías de bajo costo que robustezcan los órganos humanos, permitan efectuar diagnósticos tempranos y potenciar capacidades innatas? ¿Futurista? A decir verdad, México podría tener nuevas tecnologías médicas contra el párkinson y la diabetes en menos de cinco años.

La realidad mexicana

México es el país donde los trabajadores pasan más horas en sus respectivos lugares de empleo; se estima que el gasto cotidiano para cubrir la canasta básica es de $312.70; en 2017, de los 52.19 millones de mexicanos con empleo, al día, 47.9% percibía $160 o menos, 21% ganaba $240, 12.55% percibía entre $240 y $400, únicamente 5.3% ganaba $400 o más; de ahí que resulte tan difícil seguir una dieta balanceada con horarios fijos y realizar otros tipos de hábitos saludables. Por otro lado, independientemente de lo poco representativo o desactualizado de los estudios al respecto, lo cierto es que la diabetes mellitus se está convirtiendo en una pandemia asociada al sobrepeso y la obesidad que en apenas una década cobró la vida de más de ochocientos mil mexicanos; y se prevé que el párkinson, que ya es padecido por cerca de 1% de la población mundial, continuará afectando cada vez a más personas, conforme la esperanza de vida incremente (lo mismo aplica para otras enfermedades neurodegenerativas como el alzhéimer). En 2016 más de 15% de la población mexicana era diabética y en 2013 se tenía registro de más de quinientos mil parkinsónicos mexicanos.

Ciencia, tecnología e innovación al servicio de la medicina clínica

Gracias a los avances y descubrimientos de las últimas décadas, las oportunidades de mejora detectadas durante la práctica de la medicina clínica han influenciado o generado diversas líneas de investigación y proponen soluciones a partir de abordajes de precisión, regenerativos o traslacionales (o una combinación de éstos). En diferentes medios de comunicación es posible leer sobre el «humano 2.0», aquél que mejora sus capacidades y habilidades gracias al uso de internet de las cosas, ponibles (wearables), bioimpresión, exoesqueletos, prótesis robóticas, edición genética incluida, así como algunas extravagancias (que carecen de popularidad entre la comunidad científica). Ahora bien, en ciencia, se alude al «humano 2.0» cuando se habla de diversas tecnologías genéticas disponibles como el uso de receptores de antígenos quiméricos contra el cáncer, virus adenoasociados que permiten a pacientes con discapacidad visual recobrar la vista, entre otros; también se mencionan los prometedores reemplazo mitocondrial, ingeniería de línea germinal y edición genética.

Biotecnología médica y farmacéutica del Ciatej para el «mexicano 2.0»

El grupo que encabeza el doctor en Ciencias Biomédicas Emmanuel Díaz en el Centro de Investigación y Asistencia en Tecnología y Diseño del Estado de Jalisco (Ciatej) es multidisciplinario e interinstitucional (cuenta con asesorías y colaboraciones de diversos entes nacionales e internacionales). Estos científicos dedican sus investigaciones y experimentos al desarrollo de nuevas metodologías y herramientas para el diagnóstico temprano y el tratamiento personalizado de diabetes mellitus y párkinson. Las principales labores realizadas por este grupo dentro de la unidad Biotecnología Médica y Farmacéutica del Ciatej son: 1) reprogramar y hacer experimentación en células troncales; 2) editar genes mediante la tecnología CRISPR/Cas9; 3) crear un método de cribado genético de bajo costo; 4) desarrollar ponibles y aplicaciones móviles.

A tres años de su adopción en el Ciatej, estas líneas de investigación han producido la patente de un método no invasivo para obtener células troncales que reduce entre setenta y ochenta por ciento los costos de dicho proceso: «Para nosotros es muy importante, porque la meta es beneficiar a la población en general, que todos puedan tener la oportunidad de recibir un tratamiento personalizado o un diagnóstico temprano; y, más aún, recibirlo de una manera no tan costosa», comentó el doctor Díaz. Y declaró que el cribado genético de bajo costo es una de sus principales metas para 2018: «Se sabe que existen genes que pueden estar involucrados en la memoria, en el desarrollo cognitivo, varias cosas que podemos catalogar como un aprendizaje más rápido, por ejemplo. ¿Qué mejor que darle esta herramienta a toda la población mediante un cribado que no cueste más de mil pesos?» (hoy día su costo va de doce mil a quince mil pesos, asegura).

La experimentación con células troncales del Ciatej está orientada a: probar cómo funcionan diferentes fármacos (y combinaciones de éstos) en un organismo en particular; detectar biomarcadores para la detección temprana de enfermedades; generar sustitutos de tejidos o reemplazar órganos dañados (por un proceso crónico degenerativo o por traumatismo). Díaz destaca el hecho de que pretenden darle a la población mexicana herramientas para que sus organismos sean capaces de «resistir estos retos metabólicos o este estrés en el que estamos viviendo», porque «ya estamos en un medio súper contaminado, tóxicos, toxinas, aguas… ¿Por qué no fortalecer la parte interna?»; si son adversos el medioambiente y las condiciones de vida actuales, «pues lo mejor es empezar desde adentro, para mejor tanto calidad como esperanza de vida». El investigador estima que entre 2020 y 2022 los primeros de estos entregables estarán listos para ser transferidos al Sector Salud mexicano.

 

Fuente experta

Entrevista a Néstor Emmanuel Díaz Martínez, realizada el viernes 19 de enero en las instalaciones del Ciatej-Guadalajara.

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