La era que vivimos es tecnológicamente avanzada. La automatización es algo con lo que vivimos desde el inicio del siglo, y lentamente, la hemos incorporado a nuestros estilos de vida con tal naturalidad, que las terminologías que hay sobre el tema son parte de nuestro vocabulario.
Por otro lado, estoy totalmente convencido, amigo lector, de que las palabras tienen un poder tan increíble, que pueden cambiar las vidas de quienes te rodean de una manera increíble y, en muchos casos, extraordinaria. Hay palabras que te inspiran; hay palabras que te impulsan y que te hacen sentir pequeño. Y es el poder de la palabra lo que hace que, ciertos tipos de inteligencia artificial estén en boga, por ejemplo: Alexa.
Captura de pantalla de Carlos Ordoñez, Tech Evangelist de Amazon Alexa en México. Imagen: Miguel Angel Salazar Oliva.
Talent Land 2020 ha sido escenario de muchas pláticas, y la que presentó Carlos Ordoñez, quien es Tech Evangelist, Software Development for Alexa: «Diseño de interfaces de voz«, nos da una introspectiva de las cosas que la IA Alexa puede brindar, si no con lujo de detalles, sí como una manera tanto de conocer las variables que han sido programadas en ella como de cierta manera un entrenamiento interactivo entre el usuario y ella.
Ordoñez comenzó dando un trasfondo histórico de la relación que existe desde los años 60 con grandes cantidades de información, que pasó de tan sólo saber manejar una consola que computara a la misma, a la manifestación más actual, que es el manejo de los sistemas mediante la voz. ¡Básicamente seis décadas de evolución informática!
Como cualquier cosa que se puede preparar, Alexa es una interfaz electrónica que identifica la cosas, en este caso con la voz, y que entre sus bondades, se vuelve una plataforma conversacional que ayuda a obtener información un tanto más personalizada.
Así pues, Alexa pasa por cuatro fases para que trabaje con mayor eficiencia:
- Ser adaptable: Alexa permite que el usuario hable con sus propias palabras. Con ello, los alcances de la experiencia de usuario son mucho mayores de lo que pueden ser cuando se empieza a interactuar con ella;
- Ser contextual: la identificación de Alexa con el usuario deberá ser el resultado de una interacción consistente, por lo que ésta debe madurar con el tiempo, como cuando conoces a alguien y lo tratas durante un determinado espacio de tiempo. Al darse esta maduración, se ve una relación entre evolución y experiencia que ayudará a un mejor desempeño;
- Disponibilidad: la libertad de acción es una de las características importantes que Alexa debe brindar, lo que permite que nuestra voz dé la libertad de acción requerida;
- Finalmente, establecer relaciones será la máxima expresión de la interacción de Alexa con sus usuarios, y que deriva de las anteriores.
¿Qué depara el futuro a las inteligencias y a Alexa, en particular? Alexa crecerá a la par de las necesidades del usuario, por lo que el enriquecimiento de ambos seguiría siendo la prioridad. Si no conoces todavía a Alexa, hoy sería una oportunidad de oro para poder tener una inteligencia artificial sofisticada y de mucha ayuda para muchas áreas, en particular con la cuarentena que vive actualmente el mundo. Los cambios son inminentes, y el adaptarnos a la era tecnológica que viene más delante ya no es cosa de estar un paso adelante. Bien puede ser un ejercicio de superación en un momento de crisis innegable.