La situación que hoy en día tiene a buena parte del mundo paralizado es la actual pandemia del COVID-19, y debido a esto, se han generado diferentes mitos acerca de lo que debemos o no hacer al enfrentar esta situación, ya sea por la desinformación o por la creciente cobertura mediática que expone imágenes que no necesariamente reflejan las recomendaciones emitidas por las diferentes instancias internacionales y nacionales. Una de estas especulaciones tiene que ver con el uso del cubrebocas, a diferencia de lo ocurrido en México en 2009 con la influenza H1N1 donde se recomendaba el uso del cubrebocas, actualmente esta recomendación aplica solo a quienes tienen síntomas de la enfermedad y no a quienes se encuentran sanos, a quienes se les ha pedido principalmente que se cubran el antebrazo a la hora de toser o estornudar.
Si bien esta pareciera ser una indicación meramente de “etiqueta” la realidad es que su utilidad y eficiencia han quedado demostradas a través de un pequeño video difundido por la Bauhaus-Universität Weimar, en él podemos observar que es lo que sucede con las partículas que son expulsadas de nuestra boca en diferentes circunstancias:
- Respirando normal
- Tosiendo
- Tosiendo tapándose con la mano
- Tosiéndose en el codo
- Tosiendo con una mascarilla para polvo
- Tosiendo con una mascarilla quirúrgica
El vídeo ha sido tomado utilizando la técnica Schlieren para la visualización y medición de los flujos de aire interior. El dispositivo de medición cuenta con un espejo cóncavo y finamente esmerilado con un diámetro de un metro aproximadamente. Con la ayuda de este espejo, incluso las corrientes de aire más pequeñas son visibles, dando lugar a un fenómeno similar al que se da cuando exhalamos en un ambiente frío.
