Damas y caballeros, les presento el transporte del mañana… el Mexloop

Antes que enterarte de cualquier noticia sobre lo más nuevo que acontece en torno al Hyperloop, es importante conocer un poco de su historia, desde cómo surgió la idea por primera vez, el cómo se pretende hacer que funcione, quiénes son los genios detrás de este proyecto, por qué es verdaderamente necesario que este tipo de transporte se materialice y, además, cuáles son sus actuales limitantes.

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Bocetos del Hyperloop diseñado por Elon Musk. Imagen: Hyperloop-alpha.

Si bien es cierto que el famoso dueño de Tesla Motors y SpaceX, Elon Musk, vislumbró dicha idea del hipersalto en este siglo, no está de más mencionar que el concepto en sí no es para nada una idea «nueva», pues por allá de 1909 ya había sido concebido algo muy parecido, por el pionero y aficionado a los cohetes Robert Goddard, cuya idea, muy similar a la del Hyperloop, también proponía el uso de los tubos al vacío.

De finales de 2012 hasta agosto de 2013, ingenieros tanto de Tesla Motors como de SpaceX trabajaron en el concepto del modelo del Hyperloop, que mismo fue publicado en los portales de dichas empresas (Tesla Motors y Space X) por el mismísimo Elon Musk, con el fin de hacer éste un proyecto en el que cualquier persona interesada pudiera participar y colaborara a fin de que el proyecto avanzara de manera satisfactoria.

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Imagen conceptual del diseñó de Hyperloop. Imagen: Hyperloop-alpha.

¿Cómo funciona?

El primer concepto de Hyperloop diseñado por Elon Musk, allá por el año 2013 y en el cual trabajaron ingenieros de sus dos compañías antes mencionadas, basaba su funcionamiento en la utilización de la levitación magnética (flotar sobre una capa de aire entre 0.5 y 1.3 milímetros) por medio de motores lineales y el uso de tubos de vacío, acompañado de un compresor y un ventilador eléctrico que dirige la poca presión del aire (100 pascales) dentro del tubo hacia la parte trasera de la cápsula.

Esta última característica en particular está orientado a brindarle mayor velocidad y estabilidad, también ayuda a resolver los problemas de frenado a velocidades muy altas. Esto, pensado para contrarrestar los dos principales problemas a los cuales se enfrenta cualquier medio de transporte destinado a recorrer grandes distancias y a velocidades muy altas (Hyperloop). Y es que todo gran reto presenta grandes desafíos, en este caso, hablamos de la fricción y la resistencia al aire.

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Imagen conceptual del diseño de los motores lineales para el Hyperloop. Imagen: Hyperloop-alpha.

La versión más desarrollada hasta el momento nos presenta las cápsulas de pasajeros con un diámetro de 2.23 metros y se proyecta alcanzar una velocidad máxima de 1200 kilómetros por hora, para mantener la eficiencia aerodinámica; el diseño bosquejado para las cápsulas de pasajeros experimenta una aceleración dos o tres veces mayor a la de un avión comercial (ya sea durante su aterrizaje o despegue), al alcanzar estas velocidades no se daría una explosión sónica, es decir, el sonido sería muy parecido al de un tren convencional.

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Diseño conceptual de la cápsula del Hyperloop, creado por Elon Musk. Imagen: Hyperloop-alpha.

¿Vale la pena el riesgo?

Sí, los expertos opinan que es un «riesgo necesario», ya que adopta un enfoque para localizar estaciones y fortalecer su variedad de industrias manufactureras y tecnológicas, amén de crear nuevas oportunidades.

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Arte conceptual de la estacion del Mexloop. Imagen: Mexloop.net.

Además, el impacto que tendría en el país sería realmente bueno: se estima que durante su construcción (cuya duración será de aproximadamente cinco años), se crearían más de sesenta y seis mil nuevos empleos en el sector de la construcción, más de cien mil en la industria manufacturera.

Otra de las ventajas sería el impulso al transporte autónomo y la energía renovable, pues contaría con paneles solares para impulsar las cápsulas, contribuiría a la reducción del uso de combustibles fósiles, la disminución de emisiones de carbono. Asimismo, el Mexloop ahorraría espacio y afectaría en menor medida a flora y fauna silvestres.

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Ruta presentada por el despacho de Fernando Romero Enterprise. Imagen: Mexloop.net .

El hecho de que conecte a cuatro de las principales ciudades del país lo vuelve aún más importante, por la ventaja estratégica en logística que podría ser utilizada para el transporte de mercancías de diversos tipos.

El siguiente paso hacia el futuro

Elegido en septiembre de 2017 por la agencia Hyperloop One como uno de los 10 proyectos internacionales más viables, el proyecto Mexloop pretende unir a las ciudades de Guadalajara (Jalisco), León (Guanajuato), Santiago de Querétaro (Querétaro) y la Ciudad de México, en un recorrido no mayor a 38 minutos. Sí, es todo un reto para el  Mexloop y la firma de arquitectos Fernando Romero Enterprise.

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Modelo del Mexloop, muestra una parte de la ruta propuesta. Imagen: Mexloop.net.

El equipo que conforma el consorcio Mexloop esta integrado por diseñadores mexicanos, consultores en gestión e innovación, universidades y el apoyo del Gobierno en todos sus niveles. El grupo se conforma por:

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Modelado de estación del nuevo proyecto Mexloop. Imagen: Mexloop.net.

La propuesta del Mexloop se compromete a mejorar el desempeño global del transporte y la logística en México, a la par que posicionaría al país como líder en movilidad autónoma y otras investigaciones innovadoras relacionadas con la movilidad y el transporte.

Otra de las propuestas de este nuevo proyecto es potenciar la zona del bajío mediante la creación de un centro estratégico de alta tecnología enfocado en las industrias del transporte y dedicado a crear tecnología de avanzada y alta precisión.

¿Es realemente posible lograrlo?

El desarrollo de nueva tecnología siempre es una apuesta y, como en toda apuesta, siempre hay jugadores en ambos lados. Mientras que el propio Elon Musk asegura que la puesta en marcha del Hyperloop está a la vuelta de la esquina, Ivan Rivera, ingeniero especializado en productos y servicios del sector ferroviario, asegura que las cosas no son tan fáciles como asegura el dueño de Tesla Motors.

Y  no es para menos esto de preocuparse de que algo salga mal, pues si en un tren normal las consecuencias por un mal cálculo son desastrosas, no queremos ni imaginarnos lo que pasaría en un tren que va a una velocidad de 1200 kilómetros por hora dentro de un tubo casi al vacío. Por ese motivo, es necesario informarnos, informar a la sociedad y, ¿por qué no?, hacer que el dueño de Tesla Motors no menosprecie las posibles fallas.

Hyperloop One, cápsula XP-1 en pruebas de velocidad. Imagen: Virgin Hyperloop one.

Tras los primeros avances prometedores del Hyperloop One, los expertos en transportes aseguran que los principales problemas están por comenzar. Después de las primeras pruebas de la cápsula XP-1, surgió una interrogante: la cápsula partió del reposo y así mismo alcanzó velocidades de 12.36 metros por segundo al cuadrado, unos 1.26 G; de aquí podemos deducir que la frenada fue de 2.76 G, más del doble, lo cual indica un reto muy grande al momento de frenar. Entonces, ¿cómo lograr un frenado más estable?

El límite de Krantrowitz nos muestra otra problemática en el diseño del Hyperloop One, debido a la distancia tan mínima que existe entre la cápsula y el tubo; esto provoca mayor resistencia al aire, independientemente de la poca existencia de éste. Podemos verlo como «el efecto jeringa»: el tubo por donde pasa la cápsula es la «jeringa», y la cápsula es el embolo dentro de la jeringa; si nosotros tapamos el extremo de la jeringa, esto provocaría que la cápsula no pasara.

El propio Elon Musk abordó esta problemática en su documento Hyperloop-Alpha y propuso que la solución sería colocar un compresor axial con una relación 20 a 1, para así resolver la compresión del aire. Parte del aire sería aprovechado para el soporte vital de la cápsula, además se emplearía para contrarrestar el resultado impuesto por la termodinámica a cualquier gas que se comprime (un aumento en la temperatura).

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Tubo de vacío del Hyperloop One. Imagen: Virgin Hyperloop one.

Ahora, el punto es:  ¿por qué no se observa ese compresor en la parte frontal del Hyperloop? Muy fácil, la tecnología para crear un compresor que te dé esa relación de 20 a 1 que se necesita en la cápsula todavía no existe. Es correcto que las turbinas de los aviones te ofrecen una relación 20 a 1, pero funcionan con queroseno; esto contradice el propósito del Hyperloop de ser un transporte de energía limpia.

Estas problemáticas son las que nos llevan a pensar que el Hyperloop, como tal, no podrá ser puesto en marcha en cuatro años, como afirmaba Elon Musk. Probablemente, si su velocidad tope fuera de unos 600 kilómetros por hora y no de 1200 kilómetros por hora, funcione. Pero bueno, algunos afirman que no ocurrirá, otros apuestan a que así sera… Sólo nos queda esperar y ver cómo termina esta carrera por el Hyperloop One.

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