En los pueblos, las brujas son las mujeres que no solo estelarizan las historias de miedo, sino que, además, eran a las que se les consultaba cuando el niño se enfermaba, o se buscaba sanar un mal de amores, por mencionar algunas otras cosas.

Pero con Elizabeth Blackwell, ese no era el caso. Blackwell (1821-1910) amaba la idea de entregar su vida a los demás y con ello, hacer un cambio significativo en sus vidas. Por lo que bien puede ser que no la hayan tomado en serio cuando decidió que quería ser una profesional de la salud; una médico, en pocas palabras.
Ser médico, siendo mujer, era una carrera a la que muy probablemente le dijeron que ni intentara acercarse. Una carrera más bien pensada para los varones, donde las mujeres cercanas a ellos eran o un apoyo o un adorno. Pero Elizabeth no lo veía de esa manera. ¿Sólo para hombres? Y, ¿por qué? ¿Por qué una mujer no podía aprender e, incluso después, enseñar?
La chica estaba decidida. La idea no se le iba de la cabeza y si en Inglaterra no le harían caso, mejor emigrar a los Estados Unidos, donde seguramente hay oportunidades para lograrlo. Los Blackwell entonces hicieron su odisea hacia las Américas en 1831, cuando Elizabeth tenía 10 años, y a pesar de pasarla de manera difícil, la educación para ella pudo realizarse.

De un colegio de señoritas, ella pasó a dejar solicitudes a más de 15 universidades. Pero era una mujer, ¿para qué? Pero una institución creyó en ella: el Geneva College de Nueva York*. Pero igual no iba a serle fácil. La única mujer entre un grupo nutrido de varones puede ser intimidante.
Y con el tiempo, ella demostró su valía. Pero la Guerra Civil cambiaría las cosas para bien de la médico. Siendo simpatizante de los abolicionistas del norte, y con su triunfo al final del conflicto, hubo una posibilidad de llevar a cabo algo notable: una escuela de medicina para mujeres.
Blackwell hizo grandes hazañas, como:
– Cofundadora de la National Health Society** en 1871;
– Enfatizó en la medicina preventiva, los derechos de las mujeres, la planificación familiar y la sexualidad femenina;
– Tratados para difundir –entre la población femenina– consejos y recomendaciones para mejorar su higiene y salud, pero también se ocupó de la moral y de aspectos sociales.
Elizabeth dejó nuestro mundo en 1910, no sin antes haber dado el lugar merecido a la mujer en la medicina estadounidense moderna. Sus esfuerzos hicieron del campo de la medicina algo más accesible que en siglos anteriores. Por ello, la celebramos este mes, aquí en Solo es Ciencia.
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* El Geneva College de Nueva York es una escuela fundamentada en valores cristianos que forma a profesionistas de variadas disciplinas escolares. Actualmente, pertenece a los Hobart & Wiliam Smith Colleges;
** La National Health Society es un órgano de difusión de conocimientos médicos lanzado por iniciativa de Elizabeth Blackwood, primera egresada del Geneva College de Nueva York.